Jacques Chirac, el nuevo 'rey de París'

Tal como se lo había propuesto, desde que el verano pasado, en que el Gobierno amenazó su reinado con un proyecto de estatuto particular para descentralizar la administración de París y, en consecuencia, reducir el poder al alcalde, Jacques Chirac se ha convertido en rey de París, o casi.Desde la primera ronda municipal del pasado domingo, ya ganó en dieciocho de los veinte distritos de la capital. Y en los dos pendientes, la posición de sus listas aventaja a las que presentan los socialistas y los comunistas.

Sólo en el distrito número trece y en el veinte no han ganado en la primera ronda las listas favorables a Chirac. La del trece, encabezada por Jacques Toubon, uno de los jóvenes líderes del chiraquismo, no consiguió la mayoría absoluta por menos de trescientos votos. Su contrincante es el socialista Paul Quiles, el candidato de la izquierda a ocupar el puesto de alcalde.

Su lista consiguió el 40% de los sufragios emitidos. En el distrito veinte, el neogaullismo también acudirá con ventaja, pero una lista de extrema derecha, conducida por el líder nacional de esta tendencia superminoritaria, se perfila como posible árbitro. Y Jacques Chirac ya se apresuró a declarar ayer que se negaba por principio a "toda negociación con la extrema derecha".

La derrota espectacular que acecha a Quiles, unida en la capital a las de otras figuras de la nueva ola del mitterrandismo, representa un revés político para los socialistas.

El primer secretario del Partido Socialista Francés (PS), el ministro de la Cultura, Jack Lang; la joven ministra de Deportes, Edwige Avice, y el diputado Georges Sarre han sido todos eliminados en la primera vuelta.

Se había previsto una victoria de Jaeques Chirac, pero nadie había imaginado, ni siquiera él mismo, su rotundidad. En el plano nacional, su afirmación como alcalde de París refuerza su dominio en el partido neogaullista y le confirma como líder de la oposición al socialismo.

En este mismo plano, si el domingo próximo, al cabo de la segunda ronda, Gaston Defferre perdiese las elecciones en Marsella, la oposición conservadora se encontraría en sus manos con las tres grandes ciudades francesas: París, Marsella y Lyon.