Una jornada presidida por la sorpresa y la expectación

La sesión de ayer en la Bolsa es de las que hacen época, no tanto por lo sucedido en el parqué sino por el ambiente de que se vio rodeada. El caso Rumasa ha superado en expectación a Matesa y Sofico, por su envergadura y, sobre todo, por la decisión mostrada por el Gobierno en la expropiación del holding de la abeja. Sorpresa, es la palabra de la jornada; y al final de la sesión aún no se había superado y, lo que es más, va a durar algún tiempo.La afluencia a la Bolsa comenzó ayer más temprano que de costumbre e inmediatamente se formaron corrillos en los que se emitían todo tipo de preguntas relacionadas con el asunto. La expectación era enorme y aumentaba cada segundo. El primer timbrazo llamando al inicio de la sesión logró volver a la realidad a gran parte de los asistentes y como cada día, empezó la contratación de valores.

Las primeras posturas se definieron claramente a la baja y los tanteos en el primer corro eléctrico fueron dirigidos por debajo de la línea de flotación. La primera oferta de compra fue para Hidrola al 51%, tres puntos y cuarto por debajo del cambio anterior, no encontrando vendedor a este precio, se fijó el cambio al 52%, para seguir bajando. Pero ante la facilidad con que eran adquiridos los títulos, acabó remontando estas cifras y cerró al 52,5%, 75 centésimas por debajo del cambio anterior. A partir de aquí, se fueron sucediendo situaciones similares en todo el mercado en las que los nervios de unos, contrastaban con la tranquilidad de los más. Dentro del grupo eléctrico, los únicos valores que sufrieron recortes de consideración fueron aquellos que en días anteriores se vieron afectados por movimientos claramente especulativos, en el resto, la sensatez se fue abriendo camino.

El grupo bancario era el más esperado, ya que se quería ver su reacción para tener alguna idea clara de por dónde andaban las cosas. La aparición en el panel de los saldos de las operaciones por caja consolidó la tendencia general del mercado hasta ese momento, toda vez que para los siete grandes la cifra había ascendido desde el día anterior en 40.000 títulos, sumando un total de 111.912 títulos más a la venta.

Las reacciones de los bancos fueron diferentes, pero en ningún caso incoherentes con las cifras de sus saldos. Bilbao y Santander registraban los recortes más acusados, cuatro y seis puntos, mientras que Hispano cedía uno y los demás repetían. Justamente esta última era la postura más generalizada en todo el sector, si exceptuamos al Herrero y al Zaragozano que siguen con su particular situación.

El mercado catalán se vio más afectado que los demás, quizá respondiendo a su trayectoria más reciente, en la que las ganancias y las pérdidas siempre han sido superiores a las de los otros mercados. La ausencia de información sobre el asunto Rumasa provocó más nervios en Barcelona que en los otros mercados.

Con todo, las pérdidas registradas ayer por las bolsas españolas indican más la incapacidad de reacción de los inversores, atenazados por el desconocimiento de las causas que había llevado al Gobierno a tomar esta decisión, que una toma de posiciones.

En opinión de varios operadores, hay que esperar aún unos días para poder conocer realmente el alcance que tendrá este acontecimiento para el mercado de valores.