Escenas de dolor y completo orden en el entierro del niño
Un millar de personas acompañaron en la mañana de ayer los restos del niño Juan Félix Domínguez al cementerio de Getafe, ciudad en la que residen sus padres. Por la tarde, varios millares de personas se manifestaron ordenadamente en protesta por lo sucedido y en petición de que se esclarezcan las responsabilidades.Los asistentes se congregaron ante el domicilio de la familia Domínguez, en la calle Alvarado número 4 de Getafe, desde donde salió el cortejo fúnebre, en medio de un impresionante silencio. El recorrido hasta el cercano cementerio fue desviado para que no pasara por delante del cuartel de la Guardia Civil y evitar así tensiones y posibles incidentes. Una sección de la Policía Nacional, integrada por cincuenta miembros de la misma, fue enviada a Getafe en previsión de desórdenes, que no se produjeron en momento alguno.
La madre del niño, Florencia Martín, siguió el cortejo en automóvil y sufrió una fuerte crisis nerviosa, a consecuencia de la cual, al parecer, comenzó a sangrar la herida que le produjeron también los disparos de la Guardia Civil, siendo trasladada a la residencia sanitaria Primero de Octubre. En ese momento de cierto nerviosismo en el cementerio, se escucharon algunos gritos aislados pidiendo justicia y la dimisión del ministro del Interior. No obstante fueron acallados rápidamente por la mayoría de los asistentes.
Entre los asistentes al entierro, que mostraron en todo momento gran dolor y serenidad, se encontraban el alcalde de Getafe y miembros de la Corporación Municipal. La comitiva fúnebre tardó una hora y media, aproximadamente, en recorrer los cinco kilómetros que separan el domicilio del cementerio.
La Policía Nacional no intervino
La sección de la Policía Nacional enviada a Getafe en previsión de posibles incidentes se puso a disposición de la Comisaría de Policía, pero su intervención no fue necesaria, dado el orden en que se desarrollaron las honras fúnebres. Después del mediodía, la sección regresó a su acuartelamiento.Por la tarde se celebró una manifestación, convocada por el Ayuntamiento de Getafe, para protestar por la muerte del pequeño Juan Félix y pedir que sean esclarecidos los hechos. La familia del niño reside en Getafe, en cuya fábrica de Uralita trabaja el padre del niño, Félix.
El acto, al que asistieron varios millares de personas, se desarrolló en un clima de dolor contenido. A la cabeza iba una pancarta blanca con nueve crespones negros, portada por el alcalde de la ciudad, Pedro Castro (PSOE) y el anterior alcalde, Jesús Prieto, así como por toda la corporación. La marcha se desarrolló con orden. Grupos minoritarios dieron gritos como "depuración de fascistas", "disolución de cuerpos represivos" y "justicia para el pueblo", que las autoridades municipales acallaron.
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