El Partido Social Demócrata y los democristianos portugueses ultiman su estrategia electoral
El Consejo Nacional del Partido Social Demócrata portugués (PSD) está reunido desde ayer en Lisboa para ultimar la preparación del congreso nacional, que tendrá lugar dentro de una semana, y decidir la estrategia electoral del partido.
Simultáneamente, los democristianos portugueses intentan definir un nuevo rumbo para el Centro Democrático Social (CDS), tras la renuncia del fundador y líder incontestado, Diego Freitas do Amaral.La reunión socialdemócrata se considera de la mayor importancia para el futuro inmediato de la formación, que es aún la mayor de Portugal, y para la carrera política de su actual presidente y primer ministro en ejercicio, Francisco Pinto Balsemão.
A diferencia de otras veces, existe una alternativa: después de una serie de reuniones, a lo largo de las dos últimas semanas los barones del PSD han elaborado una propuesta de dirección a tres, o troika, como se le llama ya en la Prensa portuguesa. Carlos Mota Pinto, Eurico de Melo y Nuno Rodrigues dos Santos constituyen el trío que tratará hoy de obtener la investidura del órgano dirigente del PSD, para presentarse ante el congreso como potencial nueva dirección.
Si la troika, que desarrolló en estos días una intensa campaña en la Prensa, sale confirmada del consejo nacional de hoy, sólo le quedará a Pinto Balsemão la posibilidad de aceptar o no el cargo honorífico de presidente del congreso, que los vencedores estarían dispuestos a otorgarle en reconocimiento de los "servicios prestados al PSD".
El papel de los democristianos
Considerados hace tan sólo unos meses domo los principales beneficiarlos de la alianza hecha hace tres años con los socialdemócratas, los democristianos aparecen ahora como los grandes derrotados de la crisis abierta con la renuncia de Pinto Balsemão a la presidencia del Gobierno, que desembocó en la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.
Todos los pronósticos, apoyados por las más recientes encuestas de opinión, prevén un retroceso electoral del CDS muy por debajo del 16% alcanzado en 1976, y que sirvió de base al reparto de poder con los socialdemócratas dentro de Alianza Democrática. El segundo partido del Gobierno, el CDS, se arriesga a caer al último lugar de las cuatro grandes formaciones políticas lusas.
Todos los esfuerzos hechos en las últimas semanas por los dirigentes históricos del partido para mantener el CDS dentro de la línea de un centro moderno y europeo han fracasado frente a la ascensión de los sectores derechistas, que, desde hace mucho, aspiran a transformarlo en un partido conservador, de derecha clásica.
Estos sector es derechistas, que sueñan para el CDS un destino semejante al de la Alianza Popular de Fraga Iribarne, han centrado sus ataques sobre el combate a la política del bloque central.
El único tema que realmente suscita expectación en el congreso democristiano, que se clausurará hoy, es el de la presencia de Freitas do Amaral en la sesión final.
Es poco probable que el fundador del CDS explique los verdaderos motivos de su brusco abandono de toda actividad política, pero su simple presencia tendrá el significado de una legitimación de la transmisión de poderes.
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