El cine en la pequeña pantalla
Hoy sábado TVE ofrece en primera cadena dos películas que, sin ser obras maestras, tienen cierto interés. La última noche del Titanic, cinta inglesa de 1958, cuenta el hundimiento del "invencible" trasatlántico en 1912; de las muchas versiones cinematográficas de aquel trágico hecho se tiene a ésta como la mejor. El diablo sobre ruedas, de más reciente factura ( 1972), cuenta, en términos que pretenden ser míticos, una persecución por un paisaje desértico del oeste estadounidense: un gigantesco y anónimo camión hace la vida imposible a un pacífico automovilista. La película es la primera del luego famoso Steven Spielberg.
'Suspense' sin sorpresas
La tragedia del hundimiento del Titanic ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones. Atlantic, filme británico de 1929, buscó recursos tan fáciles como los de la película norteamericana El hundimiento del Titanic, que dirigió Jean Negulesco en 1953: se trataba en ambos casos de crear una serie de personajes esquemáticos, que entretuvieran la película durante el tiempo que distaba de su principio a las secuencias finales del hundimiento. Esa misma técnica narrativa fue utilizada en La aventura del Poseidón, película de más reciente factura, pero no de mayor imaginación.Por utilizar cinematográfica mente el hundimiento del Titanic, hasta en la producción española La violetera Sara Montiel tomaba el transatlántico y, en su naufragio, perdía la voz; la recuperaba, no obstante, cuando se reencontraba con el hombre de su vida.
La mejor versión
Según el historiador inglés Jerry Vermyle, La última noche del Titanic, que dirigió Roy Baker en 1958, es la mejor versión de aquel trágico suceso. Se admira de cómo utilizó Baker a sus doscientos personajes y aplaude con entusiasmo la labor del montador, Sidney Hayers, que logró crear una continua situación de suspense, aunque el final de la historia fuera conocido de antemano por cualquier espectador. Otros especialistas en cine han aplaudido el estilo documental de la cinta y la buena producción de la misma
Según Vermyle, la intensidad dramática de la historia fue sostenida con nervio por el guionista, Eric Ambler, que se inspiró en la novela de Walter Lord, que tres años antes se había convertido en tal best-seller que otra versión fílmica se había rodado ya antes de la película: una serie televisiva de la NBC, que concidía con el largometraje en su intento de traducir a documental las circunstancias de cada uno de los personajes.
La gama de éstos fue la habitual: el rico y el menos afortunado, el valiente y el cobarde, el noble y el villano (aunque Kenneth More aparece destacado entre los intérpretes, se trata de una película coral). Entre los otros actores están David McCallum, Jill Dixon, Laurence Naismith, Frank Lawton, Honor Blackman, Alec McCowen y George Rose. Todos ellos, ignorantes de que en aquel 14 de abril de 1912 el famoso viaje del Titanic iba a concluir con la muerte: al atravesar el Atlántico Norte, el trasantlántico encontró a su paso el gigantesco iceberg que lo hundiría. Con la muerte de sus pasajeros, desapareció también parte del viejo sueño británico.
La última noche del Titanic se emite hoy, a las 16.05, por la primera cadena.
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