Jordi Portero,
de 21 años, consiguió, tras 120 horas de baile ininterrumpidas, batir el récord mundial de la especialidad, establecido hasta el momento en 114 horas. Portero, que realizó su proeza en una discoteca de Roses, en la Costa Brava, finalizó la prueba en un estado físico excelente, según manifestó el responsable del equipo médico que le atendió durante su permanencia de cinco días en la pista. Por su nuevo récord, que será inscrito en el libro Guinnes, Portero recibirá, entre otros, un premio en metálico de 300.000 pesetas. El joven había intentado ya conseguir el título el pasado año, pero en aquella ocasión sólo consiguió batir el récord europeo, estableciéndolo en ochenta horas. Jordi Portero, que trabaja en el sector hotelero, se encuentra en la actualidad cumpliendo el servicio militar, por lo que, al haber agotado todos los permisos, sus superiores accedieron a concederle uno especial para que pudiera participar, informa Jordi Busquets. Las bases del concurso establecían que los participantes podían descansar una hora por cada comida, tres diarias, y quince minutos cada dos horas.
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