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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

'Tempestad en la cumbre', adaptación del teatro

Retrasada su emisión por no disponer a tiempo de la copia, Tempestad en la cumbre queda ahora dislocada en la cronología del cine de Douglas Sirk, que tan escrupulosamente se ha seguido en el ciclo-homenaje que le viene rindiendo TVE.Rodada en 1951, es decir, antes que Obsesión y Orgullo de raza, la película de hoy se inspira en una obra de teatro, Bonaventure, original de Charlotte Hastings, que, en su día, adaptó José López Rubio a la escena española, variando, lógicamente, el título por el de Sor Buenaventura, de más respetuoso tratamiento.

Aunque Douglas Sirk asegura que no suele pisar la iglesia, se siente inquieto por algunos temas religiosos: "Es una de mis preocupaciones constantes Además, el hecho de no creer en Dios, ¿no constituye ya un acto religioso?", preguntaba a Serge Daney, de Cahiers du Cinema, sin, lógicamente, obtener res puesta: "La religión", seguía di ciendo el director, "es uno de los temas más apasíonantos de nuestra época".

Historia de una condenada a muerte

Tempestad en la cumbre (Thunder on the Hill), no es, de cual quier forma, una película religiosa (al menos, en la concepción que de ese género podemos tener en España), sino la historia semi policiaca de una condenada a muerte que se refugia en un convento, convertido en hospital a raíz de las inundaciones sufridas en el condado inglés en que vive.

Allí, protegida por sor Buenaventura, se podrá averiguar su inocencia respecto al asesinato por el que es culpada. La intrépida monja no dejará por ello de padecer la persecución del auténtico asesino.

Sirk no parece satisfecho con el resultado de su trabajo: "No había historia" dice, "en el personaje de la monja. De lo único que debía haber tratado la película es de la joven conducida a la horca, de la tempestad, la dilación y todo eso. No había historia", insiste, "en el personaje de Claudette Colbert".

Pero la rodó porque "una película tiene que recuperar su dinero. Creo que los mejores directores de cine estarán de acuerdo conmigo en esto". Y, además, por su preocupación por los temas religiosos: "Todas las grandes obras clásicas tienen, de cerca o de lejos, temas religiosos".

"El guión de una película es algo que el director debe saber doblegar. Una simple historia deja casi siempre la posibilidad de expresar algo más complejo de lo que dice su trama. A veces, una historia inferior es el mejor material cinematográfico. Es el lenguaje lo que cuenta. Hay que saber escribir con la cámara", concluía Douglas Sirk.

Tempestad en la cumbre se emite hoy, a las 21.45, por la segunda cadena.

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