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Primera división: el Barcelona sigue de líder

Pobre triunfo sobre un tímido Spórting

El Madrid tiene la pájara. 0 si lo prefieren está en temporada de rebajas. El empate ante el Español y la derrota en Málaga fueron dos síntomas inequívocos de que el equipo está atravesando un momento precario. La victoria sobre un tímido y capitidisminuido Spórting confirmó el pronóstico. Pero el Madrid no está tan enfermo como para entrar en la UVI porque con todo anoche volvió a fabricar ocasiones de gol aunque fuera incapaz de llevarlas a feliz término. Incluso tuvo, escasa fortuna porque Santillana y Fraile estrellaron sendos balonazos en los maderos.Los ciclistas temen a la pájara como al peor de los males. Una pájara se produce cuando el corredor, por falta de adecuada alimentación, se ve abandonado por sus propias fuerzas. Unos terrones de azúcar, un par de plátanos y un muslo de pollo comidos a tiempo pueden salvar el trance. El problema del Madrid consiste en no saber cómo ha de salvar la hipoglucemia. Probablemente Di Stéfano conoce el remedio, pero probablemente no tiene en la rebotica las vitaminas necesarias. Al Madrid se le ha quebrado el poderío en la avanzadilla y tendrá que esperar a que pasen las etapas del pavés para poder volver donde solía.

La falta de Bonet está resultando más que notoria. Bonet formaba parte del cruzado mágico madridista con Metgod, Gallego y Stielike. Aunque Fraile anduvo anoche bien, no efectuó la misma labor que la que acostumbra el ausente, dado que no participó en el engranaje de los relevos. El Madrid con escasos delanteros llegaba al área contraria con suficientes efectivos para hacer daño, puesto que Gallego y Stielike o Metgod andaban en las cercanías de las rampas de lanzamiento. Ahora no es así y es cuando más se nota el carácter inofensivo de un Ito que se está quedando en una especie de eterna promesa de las que alcanza la jubilación sin haber dado el salto hacia adelante.

Anoche le volvió a suceder al Madrid que Juanito se perdió durante mucho tiempo en la línea de centrocampistas en busca del pase genial. Ya se sabe que cuando Juanito se empecina en jugar de Del Bosque, el Madrid pierde velocidad y en el área falta quien intente la búsqueda del gol. Santillana, que reapareció fue quien más veces remató, y por simple cálculo de probabilidades le correspondió en suerte ser el goleador. Su primera intervención formal fue un remate a los dos minutos que sirvió como dirían los clásicos, para que el balón se estrellara en la cepa del poste. Santillana, con todo, no está en momento óptimo. A pesar de sus precariedades resultó casi imposible que el Madrid perdiera el encuentro. Delante tuvo a un Spórting con bajas importantes y con un conformismo un tanto extraño. Incluso con el gol en contra el equipo asturiano se concentró en su parcela. Es posible que a Boskov le preocupara sobremanera evitar una fuerte goleada, pero así y todo no sería excusa para que al final del encuentro echara manos de su filosofía y acabara diciendo aquella su célebre frase de "fútbol es fútbol". El fútbol en todo caso es una cosa distinta a la que practicaron sus pupilos. Que yo recuerde su equipo únicamente tiró a puerta en una ocasión.

El encuentro entre un presunto campeón y un presunto eurouefero no pasó de discreto en algunos momentos. Quizá lo más brillante lo hizo el reaparecido Del Bosque, que en las postrimerías del encuentro se adornó al burlar a un defensor echándose a pies juntillas desde atrás un balón por encima de la cabeza.

Afortunadamente para el Madrid el Spórting no quiso ser otra cosa que un buen gregario dispuesto a ayudar a sufrir con resignación cristiana un paso dolomítico.

El frío de la noche no acompañó al espectáculo. Afortundamente para los españoles la transición política nos trajo los marcadores electrónicos patrocinados en España por Adolfo Suárez. El viejo marcador simultáneo no producía las mismas emociones que la técnica nipona. En los marcadores actuales hay veces que un solo tanto parece una goleada.

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