El alemán Rohrl, al frente del Rally de Montecarlo
El campeón del mundo de rallis, el alemán occidental Walter Rohrl, tornó el mando del Rally de Montecarlo desde la primera prueba especial del Recorrido Común, según informan las agencias de Prensa. La superioridad del Lancia 037 Rally sobre el Audi Quattre en las carreteras secas, unida a la escasa desventaja del alemán coil respecto al sueco Bloníquist, le permitieron alcanzar provisionalmente la cabeza de la carrera. La francesa Michèle Mouton, cuya actuación no era demasiado brillante, tuvo que abandonar al salirse de la carretera, después de que su Audi Quattro pisara una placa de hielo y ella perdiera el control del vehículo.De cualquier forma, la habilidad del equipo italiano frente a las difíciles y variables condiciones de esta famosa carrera permite pensar que sólo los elementos podrán evitar una victoria de Lancia. Porque, además de contar con pilotos como el recientemente fichado Walter Rohrl, actual campeón del mundo y el piloto más en forma de todos desde hace tres años, cuenta con el finlandés Marku Alen, siempre rápido y especialista en carreras que se disputan sobre carreteras de arena o con grava y el siempre desconcertante francés Jean Claude Andruet, veloz pero capaz de salirse de la carretera con muchísima frecuencia. Sólo la suerte, eterna compañera, le permite terminar muchas carreras en las que llega a la meta después de haber sufrido múltiples salidas de la carretera, así como de sufrir extrañas crisis psicológicas, que alteran por completo su comportamiento en la prueba. Además de este poderoso equipo de pilotos, Lancia tiene también recursos técnicos y humanos para solucionar los imprevistos.
Uno de estos imprevistos se presentó en una de las pruebas especiales de velocidad disputadas ayer. Los ouvreurs -encargados de reconocer los trarnos antes del paso de los pilotos- de Lancia comprobaron que los primeros kilómetros tenían bastante hielo. Para esta parte era imprescindible el uso de neumáticos con clavos para pasar con rapidez y seguridad. Para la segunda, sólo los neumáticos slicks -completamente lisos- permitirían uri, buen crono. El problema es que los primeros neumáticos son muy lentos en asfalto y con los segundos no se puede pasar por carreteras heladas.
Los técnicos de Larícia hicieron los cálculos sobre lo que se perdía o ganaba con unos u otros y estudiaron el uso de unos intermedios. Al final, se decidieron por algo nuevo y revolucionario. Cambiar ruedas en pleno trarrio especial de velocidad. Montaron ruedas con clavos para la primera parte y los cambiaron, en plena prueba de velocidad, por otros slicks al terminar el hielo. Fue un gran acierto.
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