Havelange negocia el Mundial-86 para México
El Mundial-86 no nació con buen pie. Sobre su organización pesan demasiados intereses extradeportivos, fraguados en los bajos fondos de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), y en los que están implicados algunos de sus principales directivos. Joao Havelange, presidente, de la FIFA, viajó el pasado octubre, en avión privado y de incógnito, a México, uno de los cuatro países candidatos a la organización, para tratar precisamente ese asunto. El almirante argentino Carlos Lacoste, en sólo cuatro años vicepresidente de la FIFA, se ha convertido en hombre de confianza de Joáo Havelange.El brasileño Joao Havelange, presidente de la FIFA, el 17 o 18 del pasado mes de octubre viajó de incógnito a México en avión privado. Se asegura que este avión es propiedad de la cadena mexicana de televisión privada, Televisa. El presidente de la FIFA fue acompañado en ese viaje, entre otras personas, por el señor Azcárraga, vicepresidente de Televisa, empresa cuyos intereses en la organización del Mundial-86 en México son fácilmente imaginables. Estos detalles han inducido a algunos altos dirigentes de la FIFA a comentar con cierto desagrado que ya está tomada la decisión del país que organizará el Mundial-86: México, porque así interesa a su presidente, Joáo Havelange, y al grupo de sus directivos que con él han impuesto su influencia en dicho organismo. En este clan de altos dirigentes de la FIFA destacan, además de su presidente, el argentino Carlos Alberto Lacoste, y el secretario general de dicho organismo, J. Sepp Blatter, protagonista principal del fracaso del sorteo del Mundial-82.
Carlos Alberto Lacoste se ha montado uno de los ascensos más fulgurantes que se conocen en el seno directivo de la FIFA. Tanto es así que ya se asegura que, por motivos desconocidos, pasa más tiempo en Zurich, sede de dicho organismo, que en su país, Argentina, donde es almirante y llegó a la presidencia, de forma interina, durante algún tiempo. Carlos Alberto Lacoste llegó a la FIFA en 1978, al organizar su país el Mundial de ese año, cuyos presuntos escándalos financieros trascendieron públicamente hace unos meses. Inmediatamente trepó hasta una de las vicepresidencias de la FIFA, en la que ha desbancado en su área de influencia al alemán federal Hermann Neuberger. Carlos Alberto Lacoste se encargó, encomendado por Joáo Havelange, por otra parte, de regatear para la FIFA hasta la más mínima peseta del Mundial-82. Se estima que el dirigente argentino figura, por otro lado, como hombre de paja de Joao Havelange en el Comité Organizador del Mundial-86 de la FIFA, una vez más presidido por Hermann Neuberger, muy relacionado con la empresa multinacional con la que se contrató la póliza de seguros de los últimos mundiales, y que es partidario de que el próximo se celebre en Brasil, con lo que se convierte en rival del presidente de la FIFA.
René Courte, uno de los dirigentes de la FIFA con mayor experiencia en organización de campeonatos mundiales, por su cargo de jefe de Prensa, acaba de ser cesado por el grupo de directivos que acaparan el poder de dicho organismo, al haber pasado a ser una persona incómoda para los intereses de aquéllos.
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