La policía de Sevilla confirma la hipótesis de automutilación de José Andrés del Valle, novicio del Palmar de Troya
La Jefatura Superior de Policía de Sevilla ha descartado la hipótesis de que las heridas sufridas la semana pasada por José Andrés del Valle, miembro de la llamada Orden Carmelita de la Santa Faz, en los órganos genitales, ojo, pies, manos y espalda fuesen provocadas por agresión de otra u otras personas diferentes de la propia víctima. El frustrado suicida continúa normalmente su proceso de recuperación en el Equipo Quirúrgico municipal de la capital andaluza.
En su primera y escueta información pública sobre el sangriento suceso, la policía asegura que, tras las investigaciones practicadas hasta ahora, "se ha descartado la hipótesis de la intervención de otras personas en los hechos, determinándose que el propio individuo se produjo las mencionadas lesiones". De acuerdo con el relato policial, el joven de origen cubano que en los últimos días era ya el hermano Eliseo en la extraña comunidad de Clemente Domínguez, se dañó con un clavo de grandes dimensiones pies, manos y espalda, cuando se encontraba solo en su celda a las 2.30 de la madrugada del miércoles quince (Todas las informaciones sobre el caso venían hablando de la madrugada del 26 como fecha del mismo). Posteriormente, se dirigió al cuarto de aseo y se provocó repetidos cortes con un cristal en el pene y en los testículos, con desprendimiento de estos últimos, introduciéndose también el clavo en uno de sus ojos.
"Por mi propio bien"
Tanto la policía como las autoridades gubernativas trabajan con la certidumbre de que se trata de una automutilación, aunque las investigaciones aún en curso podrían originar algún tipo de acción represiva contra la secta de El Palmar de Troya a causa de la retención obligada de todos los que ingresan en ella y los indicios de lavado de cerebro a que se les somete una vez entran en el mundo particularísirno de Clemente, el autocoronado Papa gregorio XVII.El propio herido, en sus escasas manifestaciones, ha asegurado que él ha sido el único autor de sus lesiones y que se las ha producido "por mi propio bien y por el bien del mundo", añadiendo que Dios sabe que no ha hecho nada malo. Con respecto a lo refinado de las heridas, se mantiene la teoría de que el peculiar mundo espiritual de la orden y el concepto patológico del pecado que se inculca a sus miembros podrían explicar la sanguinaria ceremonia derivada del complejo de culpa y la necesidad de una expiación dolorosa.
Según algunas fuentes, el joven cubano había ingresado en la iglesia palmarina después de una separación matrimonial que había afectado notablemente su salud mental y que, incluso una vez dentro, parecía ser un obstáculo esgrimido por los jefes de la orden para impedir su plena incorporación a la misma. Las mismas fuentes indican que horas antes del suceso José Andrés del Valle había protagonizado una escena de histeria en la basílica de El Palmar de Troya, al arrojarse al suelo y permanecer allí varios minutos.
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