Israel refuerza su dispositivo de seguridad en Líbano a raíz del atentado contra Jumblatt
El Ejército israelí ha tomado la precaución de hacer saber, tras el atentado del miércoles contra el dirigente libanés Walid Jumblatt, que ha reforzado su dispositivo de seguridad en la zona de Chuf (Líbano) para intentar evitar una escalada de la violencia entre drusos y cristianos. Con ello, los militares y el Gobierno de Tel Aviv tratan de salir al paso de las críticas de que pudieran ser objeto en el caso de un deterioro de la situación en esta región libanesa.
El Ejército israelí fue acusado reciententemente por no haber adoptado las medidas necesarias para impedir los reiterados combates de los últimos meses entre drusos y cristianos en la región de Chuf, que han costado la vida a un mínimo de ochenta personas. Al iniciarse estos enfrentamientos, ciertos sectores israelíes acusaron al Estado Mayor de favorecer a los falangistas cristianos en sus enfrentamientos con los drusos.La oposición israelí teme lo peor tras el atentado perpetrado en Beirut en el que resultó herido Walid Jumblatt, líder progresista druso. El recuerdo del atentado mortal contra el presidente electo libanés Bechir Gemayel y de las matanzas de refugiados palestinos en los campos de Sabra y Chatila, por los que fue cuestionado Israel, hacen aumentar aún más la aprensión.
Por esto, los editorialistas de los periódicos Davar (laborista) y Jerusalem Post (independiente) plantean que "el Ejército israelí se largue rápidamente del cepo libanés". El segundo de estos diarios denuncia abiertamente la actitud del Gobierno que preside Menájem Beguin, que parece dispuesto a prolongar la ocupación israelí en Líbano.
El Jerusaelm Post censura también el "juego dudoso" que practica cuando recibe a una delegación de Guardianes del Cedro, uno de los grupos más extremistas de los cristianos libaneses. Tras entrevistarse con Beguin y el ministro de Defensa, Ariel Sharon, el jefe de esta delegación, Etienne Sark -más conocido como Abu Arz-, celebró el miércoles en Jerusalén una rueda de Prensa cuyo contenido ha sorprendido a más de un israelí.
Sark pareció justificar las matanzas de Sabra y Chatila. "Tenemos el derecho de tratar a nuestros enemigos como mejor nos convenga", dijo. Para muchos israelíes, conmocionados por las recientes conclusiones de la comisión investigadora de las matanzas de refugiados palestinos que implican a la cúspide del poder militar y político del país, las declaraciones del mencionado dirigente libanés semejan una provocación.
Dirigentes de los Guardianes del Cedro fueron recibidos en Jerusalén el pasado verano y se declararon a favor de la presencia de Israel en Líbano. En un momento en que las autoridades libanesas ignoran cualquier pacto defensivo o tratado de paz entre Líbano e Israel y están bloqueadas las negociaciones sobre la retirada de tropas extranjeras, Tel Aviv trata de beneficiarse de declaraciones como la del mencionado dirigente ultraderechista libanés, o de otras similares, como la del nuevo jefe de las milicias cristianas libanesas, Fayd Frem, que ha desautorizado prácticamente a su Gobierno al pronunciarse a favor de una estrecha alianza con Israel.
El Gobierno de Tel Aviv da la impresión de que quiere poner en apuros al presidente Amin Gemayel y a su Gobierno por rechazar las exigencias de Jerusalén: el establecimiento de "acuerdos políticos", a falta de un tratado, a cambio de la retirada de los hebreos.
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