No se prevén cambios en la dirección del PSUC

Ningún cambio de las personas que integran la dirección del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) se prevé a corto plazo, después de conocido el desarrollo de la reunión del Comité Central de este partido, celebrado este fin de semana en Barcelona.Las peticiones de dimisión de éste y del presidente Gregorio López Raimundo, solicitadas hace días por los leninistas Rafael Ribó y Francesc Frutos, quienes dimitieron del Comité Ejecutivo hace más de medio año, a la vuelta de Gutiérrez Díaz, no fueron apoyadas por los miembros del comité central, durante sus intervenciones en el debate suscitado ayer, tras la presentación por parte del secretario general de un informe político que analizaba el desastre electoral del PSUC. Este informe fue aprobado por 59 votos a favor, contra 5 y 17 abstenciones.

Parte de estas intervenciones fueron críticas con el análisis establecido por el líder del PSUC, pero, sin embargo, no fueron sustancialmente diferentes. No se levantaron voces de dimisión, salvo una, y Ribó no la reiteró durante su uso de la palabra; en general, los oradores giraron en torno al porqué del desastre electoral, cuya sorpresa parece que los comunistas catalanes aún no han asumido por completo. Prácticamente, todos señalaron el aislamiento político y organizativo en que se habia sumido el PSUC y el excesivo tiempo sin hacer política, a causa de la crisis interna que derivó en la escisión prosoviética del Partit dels Comunistes de Catalunya (PCC), que había producido la desconexión entre el partido y las masas.

En contra de lo sucedido en el PCE, los cambios que parecen derivarse de este comíté central, el primero después de las elecciones, no apuntan hacia las personas, sino, con el mismo respaldo de este órgano, hacia el estilo y métodos de funcionamiento de las personas que tienen la responsabilidad de la marcha política de la formación comunista. "Sería suicida ahora mover a la gente", dijo a EL PAIS, un alto dirigente del PSUC, miembro del Ejecutivo, de la corriente carrillista, mostrándose contrario a cualquier posibilidad, parcial o total, de dimisión en el seno de la directiva.

A consecuencia del debate sobre el análisis hecho por Gutiérrez Díaz, éste hubo de concretar mucho más el proceso de cambio al que aludió el sábado, que fue calificado de ambiguo por varios miembros del Central.