Madrid recibe hoy al primer Papa que visita oficialmente España

El papa Juan Pablo II llegará hoy a las cinco de la tarde al aeropuerto de Madrid para comenzar una visita oficial a España, que se desarrollará durante diez días. El rey Juan Carlos, acompañado del Gobierno en funciones, dará la bienvenida al Papa en el aeropuerto, donde también estarán presentes los miembros de la Conferencia Episcopal Española, presididos por Díaz Merchán. Esta es la primera vez que un Sumo Pontífice de la Iglesia católica, que tiene setecientos millones de rieles en todo el mundo, visita oficialmente nuestro país.

La visita del papa Wojtyla ha sido retrasada en tres ocasiones desde que fuera anunciada la primera fecha, prevista inicialmente para octubre del pasado año. Pese al deseo explícito de los obispos españoles de llevar a cabo este viaje cuando aún permaneciera en el poder el actual Gobierno, con el que fue negociado, los resultados electorales del pasado día 28, que dan mayoría absoluta a los socialistas en el próximo Gobierno, influirán no sólo en el protocolo sino previsiblemente, en el contenido de los mensajes que Karol Wojtyla dirija a los españoles.Dieciséis localidades diferentes figuran en el programa del viaje, que concluirá el próximo día 9 de noviembre en Santiago de Compostela. Hoy, a las cinco de la tarde, repicarán las campanas de las iglesias en toda España para dar la bienvenida a Juan Pablo II.

Durante su estancia en España, el Papa presidirá en Avila y Alba de Tormes la clausura de los actos conmemorativos del cuarto centenario de la muerte de Teresa de Jesús, canonizará en Sevilla a Angela de la Cruz y visitará los centros religiosos de la Virgen del Pilar, en Zaragoza; la catedral de Santiago de Compostela; Loyola, en Guipúzcoa; Javier, en Navarra; Guadalupe, en Cáceres, y Montserrat en Barcelona. También venerará en Segovia el sepulcro de san Juan de la Cruz, místico castellano sobre el que versó su tesis doctoral

Este viaje que hoy comienza es el decimoquinto de los realizados por Juan Pablo II desde que fuera elegido Papa hace cuatro años, y, a tenor del itinerario previsto, es taapretado como todos los anteriores y uno de los más amplios. Karol Wojtyla había visitado accidentalmente España en 1964, cuando confundió un vuelo que debía trasladarle a París y aterrizó en Barcelona.

A diferencia de lo que ha ocurrido en otros viajes, los católicos españoles se han puesto de acuerdo para dar la bienvenida al Papa. Las comunidades de base han aprobado un documento conciliador donde únicamente expresan el deseo de que Juan Pablo II escuche, tenga la posibilidad de acercarse a la realidad y se preste al diálogo.

Prácticamente, todos los estamentos de la vida nacional seránconocidos personalmente por Juan Pablo II durante las audiencias y encuentros que celebre en las capitales españolas. Son innumerables los pueblos de España que, de una u otra forma, se han sumado a la organización del viaje del Papa, a quien le serán obsequiadas desde piezas de arte hasta vino especialmente elaborado para ser consagrado en las misas, que celebre. La infraestructura de los actos religiosos, organizados por la Conferencia Episcopal española, cuenta con un presupuesto de trescientos millones de pesetas Esta es, hasta el momento, la única cifra oficial conocida, aunque los responsables civiles de la organización han señalado como posible una cantidad cercana a los 1.200 millones de pesetas.

La seguridad del Papa y de los cientos de miles de personas que se espera que acudan a presenciar los actos es uno de los apartados fundamentales de esta visita. Solamente en Madrid, donde Juan Pablo II permanecerá hoy, los días 2 y 3 de noviembre, y donde pernoctará todos los días de su estancia, excepto la noche del 6 al 7 de noviembre, que lo hará en Zaragoza, serán movilizadas 18.000 personas para este fin.

Las palabras "Totus tuus" ("Todo tuyo"), lema papal que inunda estos días las ciudades que visite Juan Pablo II, fueron pronunciadas por Karol Wojtyla en su primer mensaje a la Iglesia y al mundo el 10 de octubre de 1978, cuando fue elegido Papa. En aquella ocasión, las pronunció al dirigirse a la Virgen María, "madre en el misterio de la Iglesia".

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