Emilio Botín y la democracia

En las declaraciones que Emilio Botín efectúa en la sección "Tribuna libre" de ese periódico (EL PAIS, 9 de octubre), contestando al señor Carrillo respecto a la posible implicación de su persona en la financiación golpista, el citado banquero se arroga unas decididas prácticas democráticas y liberales. Exponemos a continuación algunas prácticas, ciertamente contradictorias a los anteriores criterios del señor Botín.

1. Urgir a la Conferencia Episcopal Española la llegada del Papa antes de las elecciones.

2. No asistir, junto con otro renombrado banquero, a las conversaciones Felipe-banca privada.

3. Cotizar las acciones del Banco de Santander al mínimo histórico, a efecto de presionar ante la posibilidad de un Gobierno socialista.

4. Planificar un proceso de mecanización del trabajo en la empresa, con los siguientes costes: a) Impidiendo, en un país con dos millones de parados, la vuelta a su puesto de trabajo de los empleados excedentes. b) Prohibiendo la entrada de nuevos trabajadores para cubrir las vacantes dejadas por los jubilados. No ha entrado un solo trabajador en el banco desde hace cuatro años, lo que supone a todos los efectos una reducción de plantilla encubierta.

5. No aceptar el diálogo y el tratamiento democrático en la empresa (ni siquiera existe un modelo de relaciones laborales), a pesar de solicitarlo con insistencia los comités de empresa demócratas y los sindicatos de clase, potenciando en cambio el sindicato amarillo más fuerte del sector.

6. Por último, la preferencia política de Emilio Botín queda demostrada con el coche blindado que le regaló a Manuel Fraga, sin que tengamos noticias de que su talante liberal y demócrata se haya extendido a ninguno de los demas líderes políticos./

Comisión Obrera Estatal. Madrid.