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El ex campeón mundial Uco Lastra trabaja como peón de albañil

Uco Lastra, uno de los contados boxeadores españoles que han alcanzado el título de campeón del mundo, anuncia su retirada del pugilismo. Cuelga los guantes 17 años después de iniciar su carrera deportiva y no ha encontrado más trabajo que el peonaje de la construcción. Tras haber intentado inútilmente obtener una plaza como bombero municipal, el púgil cántabro sufre al abandono de muchos que en los días de gloria se decían amigos suyos y las consecuencias de promesas incumplidas.

"Son ya muchos los años que llevo en el boxeo y además no me dan peleas". En el último apenas combatió seis veces, y en la mayoría de las citas se advirtió notoriamente su caída, así como que recibió serios castigos. "Aunque siempre preferí levantar el brazo antes que recibir más golpes. Así puedo retirarme asegurando que nadie me tiró por KO".Los aficionados cántabros no olvidarán fácilmente sus enfrentamientos con Roberto Castañón, sobre todo, el celebrado en la capital santanderina con el título nacional de los plumas en juego. Ambos púgiles cayeron repetidamente a la lona. El triunfo final del leonés permitió a Castañón iniciar una espectacular marcha ascendente y condicionó el futuro del boxeador de Cueto. Uco Lastra hizo gala de una insólita y velocísima pegada con la izquierda, que debió proporcionarle bastantes más éxitos en la categoría de los plumas. "Mi mayor defecto fue que no me gustaba el gimnasio. Mas nunca engañé al público. Cuando salí a pegarme de verdad lo hice bien preparado; si actué mal se debió a que me avisaron con escasa antelación".

"Lo peor que me sucedió fue llegar a campeón del mundo. Alcancé el título sin apenas ganar dinero". Tras conquistar en Torrelavega el título mundial ante Rafael Ortega, inició un inútil peregrinaje con dos aplazamientos consecutivos y contienda final con Eusebio Pedroza en Panamá que truncaron su breve reinado. "La culpa la tuvo Martín Berrocal, que no quiso admitir la oferta en unos 10.000 dólares para combatir en España".

En la hora del adiós, Uco Lastra está satisfecho de haber sido boxeador y descontento con la gente que rodea el pugilismo. "Me engañaron demasiado, sobre todo en el dinero. Me deben bastante, pero hace tiempo que desistí de recuperarlo. Algunos promotores pueden ser calificados de gánsteres. A mí me llevaron de un sitio para otro y me privaron prácticamente de cuanto podía ganar". Reconoce que alguna vez le propusieron hacer tongo. "En una ocasión, siendo aficionado, me dijeron que me limitara a ganar por puntos. Pero, iniciada la pelea, el contrario casi me deja KO, por lo que reaccioné y le tiré a la lona. Otras veces levanté intencionadamente el brazo cuando comprendía que recibía excesivo castigo... Claro que entonces casi nadie sabía que necesitaba ganar dinero y retornaba al cuadrilátero tras largos meses de inactividad".

"La gente se olvidó de mí", concluyó Uco Lastra su conversación con EL PAÍS. "Tras los títulos de campeón de España y optar dos veces al europeo, hubo muchas promesas incumplidas y amigos que desaparecieron".

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