Girón emplaza a comprobar en 1983 el cambio de rumbo que se habrá producido

El presidente de la Confederación Nacional de Excombatientes, José Antonio Girón, pusó término ayer con un discurso a la octava asamblea de la citada hermandad, aunque precisó que sus palabras no eran de clausura, sino de apertura de la próxima asamblea de 1983, en la que se verán los cambios producidos en el rumbo de la vida política española.

En su intervención, Girón denunció la existencia de una campaña de persecución contra El Alcázar, y particularmente contra su director, Antonio Izquierdo. El veterano dirigente ultraderechista aconsejó a los jóvenes que junto al arrojo, la arrogancia y el heroísmo, pongan la serenidad, el rigor, la inteligencia y la calma para poder salir de la crisis que, a su juicio, padece España.También mostró su satisfacción por el inminente viaje a España de Juan Pablo II, a quien Girón envió una carta invitandole a visitar y oficiar una misa en Paracuellos del Jarama, "donde hallaron muerte, en holocausto a su catolicidad, más de diez mil españoles", o cuando menos elevar una oración por los mismos cuando sobrevuele dicha población.

De cara a los próximos comicios, la Confederación Nacional dé Excombatientes manifestó su pesar por que las Fuerzas Nacionales y de derecha no concurran unidas. El mantenimiento del principio de la indisoluble unidad de los hombres y las tierras de España y el repudio del marxismo fueron otras de las principales conclusiones de la citada asamblea, a la que también asistieron Blas Piñar y Raimundo Fernández Cuesta, líderes, respectivamente, de Fuerza Nueva y Falange Española.