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El 28 de octubre, elecciones legislativas

El lider del PSOE es 'un simple émulo' de Suárez, según Fraga

"Felipe González es un simple émulo de Adolfo Suárez", dijo ayer el líder de AP, Manuel Fraga, en el inicio de su gira electoral por Andalucía, arreciando fuerte contra el secretario general del PSOE. "El señor González no hace más que contradecirse", dijo, "primero dice que quiere el cambio y luego, cuando le piden que lo explique, resulta que dice que no quiere cambiar nada". En el barrio de Las Tres mil viviendas, tuvo que sufrir los pitos y abucheos de unos cien niños.

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Tampoco se libró de los dardos fraguistas el candidato socialista Gregorio Peces Barbas, de quien dijo: "Ha estado polemizando conmigo sobre que el PSOE no quiere cambiar el modelo de sociedad, y, en la primera página de las resoluciones de su último congreso. se alude directamente a ese cambio. Por lo visto, ni siquiera se leen sus propios papeles".De pasada, y explicando que él ha sido y sigue siendo partidario de los juicios sumarísimos para los inilitares, volvió a recordar que fueron precisamente los socialistas "con la complicidad de Rodríguez Sahagún, quienes cometieron el grave error de suprimirlos". Después de descalificar de forma contundente la última intentona de golpe de Estado y afirmar ante los periodistas: "Si yo hubiera estado en el Gobierno, tengan la seguridad de que esa intentona no se hubiera producido porque yo sé mandar", Fraga comenzó los recorridos de calles y plazas de merca do pidiendo el voto a toda persona con quien se tropezaba.

En la capital sevillana, acompañado en un discreto segundo plano por el candidato y secretario general del partido Jorge Verstryrige inició su paseo electoral en el mercado de la Gran Plaza. Allí, dio la mano a todos, absolutamente a todos, los dueños de los puestos, que apartaban los chuletones y los conejos, o el besugo y la merluza, según se tratase, para saludar con más comodidad al visitante.

De campaña por el mercado

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Durante el recorrido por el mercado hubo todo tipo de reacciones, si bien el tono general fue de fiesta y de apoyo a Fraga, quien repartía el programa de la coalición AP-PDP y fotos suyas y de Verstryrige, firmadas.

Un comerciante desdentado gritó con los brazos en jarras y con evidentes muestras de malhumor que "mucha política y mucho rollo, pero yo por culpa de esto no estoy vendiendo ni un manojo de apio", ante lo que uno de la comitiva allancista reaccionó aconsejando aligerar el paso, "que luego dicen que entorpecemos el comercio".

Otro tendero, en cambio, soltó un estentóreo "¡Viva Fraga!" con el saludo falangista, aunque para lograr el estirón pertinente del brazo hubiera de derribar en el " impulso unas ristras de morcillas de hígado. En la calle, hubo quien le dijo a Verstrynge que prefería al caudillo Fraga antes que al líder Carrillo. Verstringe le contestó que España ya había tenido bastantes años de caudillaje y que ahora había que defender la democracia y la libertad. Entre charla y charla, Manuel Fraga compró unos cuantos cupones de la ONCE y los repartió entre las personas que pasaban. "'SI me toca, le voto", decía la mayoría.

En el barrio de Las Tres Mil Viviendas, considerado por algunos miembros de AP como "el más peligroso de Andalucía", Fraga inauguró una sede del partido. El acto fue interrumpido por un centenar de niños con iritos, abucheos y pataleos. Posteriormente, los niños pegaron paradas y tiraron alguna que otra piedra al autocar en que viajan los periodistas que cubren la campaña electoral del líder aliancista.

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