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Cine en la pequeña pantalla

Más allá de la política de "Octubre"

Tomàs Delclós

Eisenstein es uno de los autores cinematográficos que más literatura teórica y analítica ha generado. Barthélemy Amengual tiene en francés una biblia de casi ochocientas páginas sobre el autor de Octubre. La abundancia bibliográfica es un indicio del número de sugestiones que contiene la película que, demasiado frecuentemente, sólo ha tenido un análisis político.El filme se estrenó en 1928, con 1.200 metros suprimidos del montaje definitivo. La coyuntura política se impuso a la veracidad histórica y la figura de Trotski, cuyo concepto de revolución había sido derrotado por Stalin, fue suprimida de la cinta. Con todo, Octubre no es un recuento de los hechos y las anécdotas que dieron lugar al triunfo de la revolución popular en 1917. Eisenstein siempre defendió un cine conceptual, ideológico y esta faceta es la que controla y decide el uso de la imagen. Los esquemas narrativo tradicionales piden un protagonista que dirija o padezca la acción. En los filmes históricos, lo más fácil es recurrir a una enciclopedia de los grandes hombres y explicarlo todo en función de unos pocos ápellidos. Entonces se cae en la falacia de pensar que la Francia de principios del XVIII se comprende únicamente con Luis XIV. Algunos historiadores han advértido que el motor de la historia era la lucha de clases y no el hombre. Eisenstein refleja de alguna manera esta idea al reducirlas figuras históricas a apariciones casi de comparsería.

Sorprende en Octubre la presencia. de los objetos que, a veces, funcionan como una metonimia (Ias voces en lugar de la multitud) y, en otras ocasiones, son motáforas (la lámpara que tiembla cita la fragilidad del Gobierno de Kerenski). Eisenstéin jamás tuvo, miedo de romper el hilo argumental con imágenes que explicaran lo que sucedía, pero cuya presencia no tenía una justificación narrativa directa. Mientras que Pudovkin utilizaba la metáfora de un río que se deshiela en primavera para anunciar la cercanía, de la revolución, Eisenstein habría sido capaz de deshelarlo en pleno invierno si esta metáfora le hubiera servido. Entre las metáforas más explícitas de Octubre está la de unos artistas, que ilustran la vaciedad de la verborrea menchevique y la escultura ecuestre de Napoleón, personaje lógicamente ajeno a lo que ocurría, como símbolo de un poder mandón y aparatoso.

Con todo, lo político no agota la comprensión de las imágenes de Octubre ni de ninguna otra obra de Eisenstein. Una lectura reduccionista de éste tipo conduce a una contemplación coyuntural de la obra. Eisenstein padeció este tipo de etiquetaje. Alexander Nevskil por ejemplo, filme que retrata la lucha nacional contra el invasor teutón, fue sucesivamente elogiado, denostado y nuevamente ensalzado en el corto plazo de cuatro años,(1938 1941), en función de las alianzas soviéticas con la alemania hitleriana y su posterior ruptura. El propio Eisenstein ha explicado que algunas secuencias de Octubre están ahí como exorcismo de fantasmas infantiles personales, y cita el ejemplo de las damas burguesas asesinando a un marino bolchevique a golpes de sombrilla Octubre, por tanto, no debe verse con un libro de historia en la mano. Octubre es, entre otras cosas, un monumental trabajo de montaje, técnica cuyo dominio le permitía a Eisenstein dar ritmo a una sucesión de pianos fijos que, en otras manos, parecerían una galería de retratos.

Eisetistein trabajó en el guión del filme entre noviembre del 1926 y marzo de 1927. El rodaje 5se inició en Leningrado el 13 de abril de 1927, para terminarse cinco meses después. Rodó entre treinta y cuarenta mil metros, que quedaron reducidos a 2.873 Octubre se emite en el espacio La Clave, de la segunda cadena, que comienza a las 20.30 horas de hoy.

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