_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Atletismo de elite

El atletismo español es de los mejores del mundo. Que un país subdesarrollado deportivamente, sin una buena educación física en los colegios, con profesores y monitores en paro o insuficientemente pagados, sin las debidas instalaciones en las grandes y medianas ciudades y sin apenas posibilidades de practicar el atletismo en los pueblos, consiga cinco medallas en los campeonatos europeos es una marca difícilmente igualable.El número de practicantes del deporte básico y fundamental es realmente sonrojante. El número de encuentros internacionales es prácticamente nulo. Los espectáculos, en su mayoría, son poco menos que reuniones de familia. La gente del atletismo tiene espíritu misionero y no abandona porque está más allá del bien y del mal.

Sin base adecuada, el atletismo ha vivido de las figuras esporádicas que es como se ha desarrollado todo el deporte español, excepto el fútbol. Hasta hace unos años lo más que se podía lograr era un triunfo de Mariano Haro. Lo único que teníamos eran hombres de pierna corta y mujeres con voluntad y escasos recursos. En los últimos tiempos, gracias a la labor de clubes modestos, ha sido posible la aparición de atletas que componen la mejor generación de todos los tiempos.

La euforia del momento debería servir para que, de una vez por todas, se pudiera contar con un estadio homologable internacionalmente. El atletismo también necesita a las masas. Además de la promoción de valores hay que captar a los espectadores. El atletismo no puede mantenerse más tiempo en la semiclandestinidad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_