El Atlético promete una temporada de emociones
El nuevo Atlético de Madrid, que en realidad es otro revival de presidente y entrenador, dos puestos claves, comenzó a prometer ayer una temporada de las suyas: plena de emociones y sobresaltos. Entidad no dio la sensación de tener el equipo de Luis, parte por el poco tiempo que lleva de trabajo, parte porque los mimbres no son para tener grandes aspiraciones. Pero lucha, codicia y buena preparación física, exhibió a raudales. Simplemente con eso, jugando al contraataque ante un rival modesto, muy remiso cara al gol y que sólo aprovechó dos errores defensivos, pero que pareció algo al dominar mucho tiempo el balón, el conjunto rojiblanco agradó a su afición, casi la única que se acercó ayer noche al Manzanares.Votava, el fichaje alemán, mostró solamente ser un aceptable jugador de equipo, mientras las figuras fueron Hugo Sánchez, una vez más el goleador, y Pedraza, el repescado del Rácing, auténtico doble de Marcos (curiosamente ex santanderino), con menos técnica, quizá, pero con una tremenda exhibición de facultades y coraje.
Los jugadores atléticos corrieron ayer un buen montón de kilómetros, pero no dieron ni un solo paso, como la mayoría de los futbolistas de primera y segunda -sólo el Madrid demostró, una vez más, como en la pasada huelga, que está para tener un representante suyo en la reunión de la AFE. Ojalá no tengan que arrepentirse, porque a la vista del desastre directivo general también hay que saber ser profesional fuera del campo.
Dentro de él, el Atlético de ayer, frente a un discreto rival, que confirmó por qué el fútbol mexicano no se clasificó para el Mundial, hizo un correcalles antes de acertar en sus primeros goles y luego pudo golear ante el mayor cansancio del contrario. Mejías estuvo muy nervioso y con fallos que denotan la carencia de porteros rojiblanca. Juanjo fue un central de ocasión, pero Arteche mostró nuevamente su entidad, mientras Marcelino y Quique fueron de las mejores armas que Luis puede aprovechar. El segundo, al sobrar centrocampistas, jugó en su verdadero puesto, pues desde el lateral tiene incluso menos desgaste para desdoblarse al ataque. Landáburu debe ser el eje, pero ayer falló demasiado en el pase. Para colaborar con él, Votava sólo parece un obrero aplicado, pero no un Stielike. Al principio se olvidaron sus compafieros de él y hasta el minuto seis no tocó el balón. El daño lo puede hacer el Atlético, ya lo hizo ayer, con sus puntas. El problema es que les lleguen balones cuando las barreras rivales, empezando por el centro del campo, sean mejores que ayer.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.