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Las senoras del 'sector crítico' de AP le regalan bañadores modernos a Manuel Fraga

Fraga ha mudado de bañador y se ha pasado de la línea Bermoldo, que le dio justa fama desde sus dos apariciones, la ya histórica en Palomares y la más reciente en Sitges, a un modelo más audaz, siempre dentro de la gama Meyba. El lo explica así: "Unas señoras militantes del sector crítico de AP me dijeron hace unos días que esos bañadores que andaba luciendo estaban demasiado anticuados y me han regalado en pocos días hasta tres bañadores, según ellas, más al día". Como los bañadores moder nos "están hechos de unos materiales prácticamente indestructibles" en sus armarios se agolpan cuan tos maillots ha ido exhibiendo, temporada tras temporada. "Tengo hasta el bañador histórico de Palo mares a su disposición". A nuestras objeciones sobre las posibles radiaciones letales de las que pudiera ser portador el ya célebre bañador, contesta sin pestañear: "Yo me lo he puesto luego muchas veces y les aseguro que tengo los cojones en el mismo sitio y no he notado nada de nada". Prorrumpe en una carcajada estruendosa y toda su humanidad se convulsiona.

ENVIADO ESPECIALEl presidente de Alianza Popular veranea desde hace dos décadas sin interrupción en la localidad coruñesa de Perbes, donde posee un hermoso chalé, cercado por una alta tapia de piedra, que ha ido creciendo con los años ycon los hijos. Su verano es un verano perfectamente estructurado. "La primera semana la dedico íntegra mente a descansar. Las otras tres las reparto, al cincuenta por ciento, entre el reposo y los viajes por las provincias gallegas, de forma que en cada jornada de desplazamiento me recorro doce o catorce pueblos". Lo que quede de reposo tras visitar catorce pueblos en un sólo día es un misterio insondable que no, desvela el propio Fraga. "Voy también a mi pueblo, Villalba, donde tengo una tía, doña Amadora".

Manuel Fraga es hospitalario y puede resultar hasta servicial, aunque cueste trabajo creerlo. Tras ofrecer algún refresco, salta como un resorte hacia la biblioteca y para sorpresa de invitados y periodistas, tras los tres tomos de una edición lujosamente encuademada de El Quijote, aparece un muy surtido armario repleto de bebidas alcohólicas. "Este despacho procede de una subasta a la que acudió mi esposa, en la que salieron a la venta los bienes del productor americano Samuel Bronston, y entre ellos los muebles de las oficinas que tenía en Madrid, en la época de El Cid, Los diez mandamientos y otras superproducciones".

Fraga no le teme al agua del Atlántico

Durante los días reservados al descanso, Fraga navega, duerme y come. "Duermo unas dos horas más que en Madrid. Allí nunca llego a las seis, y aquí me acerco a las ocho". Hoy mismo, Fraga ha salido de pesca, "con poco fruto, todo hay que decirlo", y ha tomado el inevitable baño de la mañana, que vendrá seguido del almuerzo con los amigos y del no menos imprescindible baño de la tarde. Se ríe de los que se amilanan ante el agua fría. "Comparar las temperaturas del aguarde Perbes y de Arosa o Puentedeume ya son ganas de comparar. Yo me doy un chapuzón dos veces al día".En estos mismos días, un hermano de Manuel Fraga, cónsul en Montpelier, cubre a caballo el cammo de Santiago. "Como decía El Gallo, "hay gente para to", y no veo por qué no puede ser esa una manera como cualquier otra de pasar las vacaciones".

La fórmula, de todas maneras, dista de ser compartida por su hermano Manuel, pese a su comprensión fraterna. "Yo soy perfectamente feliz, salvo en un punto, y es que aquí en Perbes acabo siempre engordando un par de kilos cada temporada veraniega". Las comidas en el barco de su amigo. Jerónimo o en tierra, las partidas apacibles, dentro de lo que cabe, de dominó las tertulias del pueblo, todo configura un estilo de vida que serena los ánimos y permite cobrar nuevos ímpetus para lanzarse al último asalto en pos de la mayoría natural. Una mayoría para la que no va a resultar fácil ganar a su paisano Calvo Sotelo, pese a la proximidad de los centros de veraneo. "Con Leopoldo tengo relaciones antiguas y buenas; le trataba a él y a sus hermanas cuando eran unos chicos. Más a sus hermanas, que eran una monada, y a las que conocí haciendo las milicias en La Granja".

"Las discrepancias han sido escasas, se diga lo que se diga. Si algo nos separó fueron las decisiones que tomamos uno y otro respecto a la colaboración con Suárez. Yo ya advertí a Leopoldo que no era de fiar".

"La gente sabe que disparo bien a todo lo que se ponga delante"

La Dorna no tiene otros habitantes que la familia Fraga y un diligente servicio doméstico, encabezado por una brasileña con aspecto de pitonisa y aretes en las orejas. Ni rastro de escolta: "Siempre me ha impresionado la fiebre de los escoltas; hace poco viajé a Colombia completamente solo, mientras Suárez llevaba un séquito de secretarios y gtíardaespaldas. No lo entiendo. Claro, que él es duque", añade con malicia. "Nunca he tenido problemas, y se lo debo a que en esto, me atengo a un término medio. A eso y a que la gente sabe que disparo bien a todo lo que se me ponga por delante. Esto último creo que también debe influir".

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