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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Extraño asunto para Kelly

Y con el diablo somos tres, una rara historia de busca y captura de nazis, es una película inédita en España, pues por el año 1952 aquí ni en pantalla se podía hablar mal de los nazis. Así que en su tiempo nos perdimos esta película, dirigida por el húngaro transplantado a Hollywood tras un efímero paso por el cine inglés y aleman, Andrew Marton. La interpretó junto a Kelly la infortunada Pier Angeli. Ahora nos la traen, pero a destiempo.Digo a destiempo porque esta desconocida película no ha pasado a ninguna memoria ni del thriller ni del musical. No obstante tanto por lo que hemos visto de él como por los oscuros méritos que se le suponen, Marton merece respeto, aunque su trayectoria profesional entra mejor en la parcela de los buenos técnicos que en la de los cineastas.

Andrew Marton nos trae el recuerdo de algunas películas populares, como Fuego verde, una campanuda historia de esmeraldas y esmeralderos, rodada en 1955; La minas del rey Salomón de 1950, que, sin ser una buena película, atrapó para el cine a muchos adolescentes de aquel tiempo; o, años después, El norte salvaje, una abracadabrante aventura de persecución en desolados paisajes árticos. Pero Marton fue sobre todo un director de segunda unidad en grandes coproducciones firmadas por otros. Y ahí, ciertamente, sí hizo una excelente carrera.

Por ejemplo, cuando ustedes recuerden la famosa carrera de cuadrigas de Ben-Hur, y abran la boca con admiración, no cuelguen los méritos de la secuencia a William Wyler, sino a Andrew Marton, que fue quien realmente la rodó, en sus funciones de director de la segunda unidad. El famoso travelling en helicóptero sobre las playas arrasadas por el fuego alemán en El día más largo, fue también obra de Marton. Lo mismo ocurre con las escenas guerreras de La roja insignia del valor, de John Huston, y Cleopatra, de Joseph L. Mankiewicz. Un oscuro abastacedor de grandes planos para filmes ajenos, un amanuense total, hasta el punto de que no tuvo inconveniente en hacer para el productor Samuel Bronston un cortometraje franquista titulado El Valle de los Caídos, con el que este enloquecido mercachifle quiso ganarse los favores del general Franco y obtener privilegios fiscales en sus rodajes en España.

Y con el diablo somos tres se emite hoy a las 22.00 por la segunda cadena.

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