La presencia de Quini, eficaz para crear un clima de concordia

Quini, delantero centro del Barcelona y pichichi de la última Liga deleitó ayer a los aficionados que se congregaron en el campo del Puigcerdá para observar el entrenamiento de la selección española de fútbol. Quini se alineó de portero -él es un aceptable guardameta- y detuvo incluso un penalti durante el partidillo informal que el seleccionador nacional, José Emilio Santamaría, ordena casi a diario. Al pichichi sólo le marcaron un gol.

Quini paró ayer tiros a la escuadra, despejó balones por alto y salió con acierto a los pies del contrario entre los aplausos de numerosos aficionados que se dieron cita en el campo de Puigcerdá. El delantero centro del Barcelona, no será, como en su día se especuló, el presunto tercer portero de la selección. Santamaría lo alineó de guardameta porque los azulgrana que el pasado miércoles ganaron la Recopa -Urruticoechea, Alexanco, Sánchez y Quini- están ávidos de balón y porque el pichichi se defiende muy bien entre los palos.Sánchez, centrocampista y capitán del Barcelona en el partido final de la Recopa, actuó de guardameta del equipo contrario. Su labor fue muy criticada por su compañeros. Encajó tres goles y sólo se entonó al final del partidillo, de 30 minutos de duración.

Los 22 jugadores concentrados en La Molina realizaron por la tarde pruebas de velocidad en el campo de fútbol de Alp. El programa de: la selección para hoy prevee ejercicios físicos por la mañana y una marcha por la tarde.

Entre los seleccionados se mantiene el ambiente de compañerismo y buen humor que preside la concentración desde el pasado viernes, día 7. La presencia de Quini en La Molina, un hombre cuyas ganas de reir y bromear son clásicas en la selección, ayuda a propiciar ese clima.

Los policías escolta de la selección y varios números de la Guardia Civil destinados en Pulgcerdá, disputaron ayer con los enviados especiales de los diferentes medios de información un partido que finalizó con un 63 en el marcador a favor de aquellos. Durante la primera parte, los periodistas encajaron 5 goles; en la segunda parte, consiguieron 3 y encajaron 1. Los jugadores de la selección presenciaron el partido y comentaron que entre los informadores hay muchos "tuercebotas". Todos aseguran que no aprendieron nada.