Vuelta a casa
Alfred Hitchcock salió de Inglaterra en 19239. Comenzó a hacer cine catorce años antes, en 1925, y tenía detrás once películas, que por si solas contienen las esencias de este fabulador, uno de los más originales de que hay noticia. Durante los treinta años que siguieron, instalado en Hollywood, Hitchcock hizo otras tantas películas. En ellas desparramó esas esencias intactas.Desde su primera película en Estados Unidos, Rebeca, rodada en 1940, Hitchcock asimiló -tan bien la perfecta maquinaria técnica de Hollywood, que este hecho marcó a todo su cine rodado allí, que es perfectamente diferenciable del anterior.
Hay quien ha trazado una especíe de frontera, de punto sin retorno entre estas dos etapas de la carrera del cineasta inglés. No es cierto. El Hitchcock que fue a América estaba ya totalmente contenido asu obra inglesa. Hollywood se limitó a proporcionarle las soluciones técnicas -muy necesarias a una imaginación tan sutil y compleja como la suyanecesarias para que lo que ya existía se manifestase.
Frenesí se emite esta noche a las 22
30 horas por la primera cadena.
La mejor prueba de la continuidad y la coherencia de toda la, obra -inglesa y norteamericana- de Hitchcock está en esta película, Frenesí, que rodó en Londres en 1972, otra vez en su país después de 32 años, y que es su auténtico canto de cisne, pese a que hiciera despues, en 1976, La trama, o Family Plot. En ella, Hitchcock, ya muy viejo, desandó con una, sola zancada un tiempo de tres décadas e hizo una película casi tópicamente británica.
Y no es que Frenesí sea distinta de la obra inmediatamente anterior, sino todo lo contrario. Configurada alrededor de un paisaje urbano y humano inglés, toda la fabulación de Alfred Hitchcock parece recuperar espontáneamente su sitio natural, su lugar de partida y su identidad espacial pérdida.
Sin ser su mejor película, Frenesí es, tal vez por ese su reencuentro con Inglatera, la más fresca y desenvuelta de su última época, en la que dio algunas muestras de esclerosis.
Una trama, de macabros asesinatos, del estilo de Jack el Destripador, le sirve a Hitchcock para organizar un juego de intriga y tensiones en el que domina, más que el habitual suspense, un humor desbordado, incontenible. Frenesí es una de esas películas que derraman conocimiento y amor por lo que les ocurre a los hombres. La burla de Hitchcock consiste en que simula pintar de cinismo lo que en el fondo es una elegía.
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