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Reportaje:

La democracia del fútbol español se pondrá a prueba este año con las elecciones a presidentes de clubes

Luis Gómez

Las elecciones que se presumen en el Real Madrid, Atlético de Madrid, Athlétic, Valladolid y Español convierten el año 1982 en campo propicio para calibrar el actual estado de democracia que vive el fútbol español. Hasta el presente, la excepción sobre la regla general es que un presidente salga elegido mediante votación de los socios; lo habitual suele ser que el candidato oficial alcance, en solitario, la presidencia. La normativa electoral de los clubes pone ciertas trabas al derecho a ser elegido, contrariamente al espíritu de la ley del Deporte. Los presidentes son proclives a la reelección o a dejar tras su marcha un delfín, heredero e incluso testamentos en vida. Las experiencias más cercanas hablan de elecciones poco claras, como es el caso de la presidencia de la Federación Castellana, cuya elección ha sido recurrida en varias ocasiones y está ahora ante el Comité Superior de Disciplina Deportiva. En el recurso se solicita la inhabilitación a perpetuidad de Adolfo Gil de la Serna, expresidente de la castellana.

La aprobación de la ley de Cultura Física y Deporte obligó a la publicación de una serie de decretos complementarios, como es el de clubes y federaciones, que amoldasen la vida de los clubes a la actual situación democrática. Dentro del fútbol, este decreto significó que todos los clubes, e incluso la Federación, tuviesen que elaborar unos nuevos estatutos. Sin embargo, y en lo referente a normativa sobre elecciones, es tal el confusionismo existente que muchos clubes interpretan la norma, de forma distinta.José Luis Núñez es el único presidente de Primera División que ha pasado por un trance electoral, si bien éste se desarrolló con otras leyes en vigor. Todos los demás desconocen lo que es la prueba de las urnas. En cualquier caso, estos presidentes sólo pueden enarbolar que, en su día, el 10% de los socios apoyó con su firma su candidatura. Lo que no se puede ocultar es que esas firmas se obtenían, en' algunas ocasiones, con dinero de por medio, lo que facilitaba el acceso a la presidencia a hombres de mayor fortuna. Las deudas que afectan a ciertos clubes han propiciado una desbandada de presidentes, casos de Duñabeitia (Athlétic), Meler (Español) y Alonso (Valladolid), por lo que se abre un período electoral en varios frentes que puede servir para comprobar el estado de pluralidad que afecta a la contienda electoral en los clubes de fútbol.

Candidatos-presidentes

Luis de Carlos es presidente del Real Madrid porque Saporta urdió un consenso entre los principales candidatos y directivos del club; los socios no le eligieron. Alfonso Cabeza, no se sabe aún si presidente sancioado, dimitido o en funciones de locutor, fue proclamado presidente sin necesidad de elecciones, como único candidato, y tras recibir el beneplácito público de Vicente Calderón, su antecesor. Ramos Costa, en el Valencia, y Montes Cabeza, en el Sevilla, se presentaron a la reelección el pasado año y no tuvieronoponentes, si bien sus llegadas a los cargos suscitaron rumores de irregularidades e impugnaclones. Vega Arango, en plena euforia sportinguista, no tuvo problemas y careció de opositor. Fermín Ezcurra, en el Osasuna, llegó al cargo como único candidato y con el deber de vigilar, para' la Caja de Ahorros de Navarra, que las deudas del Osasuna con dicha entidad no se acrecentaran.

Normas confusas

Manuel Meler, en el Español, constituye otro caso curioso, pues sus doce años en el club le conceden la facultad de, según los diarios catalanes, ofrecer un "testamento de unidad" de cara a la futura contienda electoral. Meler afirmó que "cualquier lucha intestina sería fatal para el club", es decir, recomendó la candidatura única. Su marcha del club no se realizó en silencio, pues el mismo día de hacerla efectiva ya anunció la existencia de un delfinato. Meler dejó dichas estas frases en calidad de Iegado y testamento" y volvió a reiterar que Ios que se pelean quieren poco al Español", lo que da una idea clara de la concepción que el ex presidente del club catalán tiene sobre el pluralismo. Meler, por otra parte, anunció que no dejaba su cargo en la Federación Española de Fútbol.La adaptación a una normativa más democrática ha dejado cierta estela de confusión entre los clubes y quienes los dirigen. Para empezar, y después de que en la normativa se dice que los estatutos de clubes reconocerán a los asociados el derecho a "ser elector y elegible para los órganos de representación y gobierno, siempre que haya cumplido la edad de dieciocho años y tenga plena capacidad de obrar", la Federación, por medio de un comunicado, interpreta que la candidatura "debe Ir promovida por un número de socios con derecho a voto equivalente al 10% de ellos, si lo fueran en número inferior a 10.000, que se incrementará en un 2% sobre el exceso si aquella cifra fuera superior". Es decir, presentarse a unas elecciones generales o municipales está al alcance de cualquier español, pero para acceder al período electoral del Barcelona, por ejemplo, hacen falta casi 12.000 firmas. Curiosa mente, para ser presidente de la Federación Española no se requiere firma alguna.Norma más complicada es la que se refiere a los socios compromisarios, que son quienes participarán en las asambleas de los clubes. Según la ley, si un club tiene menos de 2.000 socios, todos son compromisarios, pero si tiene más, serán compromisarios el 33 por 1.000, elegidos de entre cada millar y por ellos mismos. La norma resulta tan rebuscada que los clubes la entienden de forma distinta Así, el Racing piensa que de cada millar se han de presentar candidaturas cerradas de 33 socios, mientras que el Osasuna opina que será cada socio quien presente su candidatura de forma individual. Tanto el Athlétic como el Real Madrid opinan que cada candidato a socio compromisario debe contar con quince firmas como aval.

Osasuna y otros clubes creen que es suficiente con que cada socio candidato cuente con un solo aval de otro asociado. En algún caso, como el del Real Madrid, ya corren rumores sobre la compra de firmas, de tal forma que algunas personas quieran dominar la asamblea de socios.

Mínima asamblea

Sin embargo, y a pesar de la Importancia que pueda tener contar con socios compromisarios, ya comprometidos, la norma no parece que haya calado hondo en los aficionados. El miércoles, sin ir más lejos, se cerró el plazo de presentación de candidaturas para presentarse a socio compromisario del Real Madrid. De un total de 1.815 socios de que debe constar la asamblea, se presentaron sólo 270 candidatos, quienes una vez que se compruebe la validez de la candidatura, serán ya compromisarios. El resto deberá cubrirse por sorteo, es decir, que la norma no ha servido nada más que para que se apliquen los mismos sistemas que antaño. Los socios, ante ésto, no se ven excesivamente atraidos por el nuevo sistema.La tentación a dejar un heredero, un delfin, un albacea testamentario, un continuador, no es exclusivo de los presidentes de clubes. También en las elecciones a federaciones territoriales ocurren casos similares, caso de la Castellana, realizadas en el pasado mes de septiembre y cuyo resultado es objeto de reiterados recursos de impugnación, que ahora se encuentran ante el Comité Superior de Disciplina Deportiva del Consejo Superior de Deportes. Este organismo puede llegar a anular la elección de Luis Eugena, actual presidente y delfín de Adolfo Gil de la Serna, anterior presidente, a quien se le califica en el recurso de "sujeto pasivo de todos los actos cometidos" y para quien se pide "inhabilitación para el desempeño de cargos deportivos". Otros juristas consultados, entre ellos un abogado de un importante club de Primera División, no negaba razón a los hechos que estaban expuestos en el recurso.

En síntesis, dicho recurso, presentado por cuatro clubes modestos de la Castellana, alega que las elecciones a la presidencia, a la que competían Luis Eugena 3, Encinas, ex presidente del Rayo Vallecano, se convocaron con menos antelación de la prevista, la asamblea de votantes se formó con menos clubes de los necesarios (75 clubes menos) y se ocultó en el acto de la votación una impugnación presentada mediante notario, cuando la ley obliga a que las impugnaciones se resuelvan antes de dar comienzo la votación. Las acusaciones resultan ser graves y hablan de unas importantes irregularidades en un proceso electoral. Luis Eugena, el actual presidente, contaba con el beneplácito oficial.

La elección de Eugena tuvo unos antecedentes curiosos. Gil de la Serna, su antecesor, se preparó un autohomenaje y designó quien debía sucederle en el cargo, persona que, por otra parte, contaría desde un principio con la ayuda de la infraestructura de la Federación Castellana. Esta preparó las elecciones de tal manera que, mediante circular, coaccionaba a los clubes a que asistiesen a la votación so pena de poder recibir algún tipo de restricciones económicas. La presteza con que se convocó la elección, que sorprendió incluso a algunos miembros de la federación Española, disminuyó la capacidad de maniobra de otros posibles candidatos. Algunos clubes decidieron no votar, otros acudir con el voto favorable al estamento oficial, para evitar mayores problemas.

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