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Reportaje:

El Real Madrid no cumplió con las cuentas de Boskov

Luis Gómez

Era deseo ferviente en el Real Madrid que la transición concluyera con un título de Liga, para que nadie negara que, a pesar de no estar Bernabéu, la política de la presidencia había estado más del lado de la continuidad que de la ruptura. Perolos años no perdonan, y el club quizás se tenga que conformar con ese sucedáneo en el que se ha convertido el título de Copa, conseguido muy a última hora y con afán desesperado. Para el Real Madrid, el torneo de Liga transcurrió entre las cuentas de Boskov y el disgusto de los aficionados por un juego y unos resultados que no convencían. Al final, lo que parecía un abismo irreconciliable estuvo a punto de encontrar un punto de convergencia con Boskov de ganador.

La Liga comenzó para el Madrid con la excusa de una viceliga y una vicecopa de Europa conseguidas en la temporada anterior. Al carro de las lamentaciones se le añadió una pizca de esperanza en la definitiva recuperación de Cunningham y unas gotas de expectación por comprobar la rentabilidad de los fichajes de Ito o Carcelén.Boskov decía tenerlo todo dispuesto y amenazaba a sus rivales con apropiarse de todos los títulos a que aspirara el equipo blanco. "Gañar es gañar, dos puntos son dos puntos y título es título" constituía la breve, sencilla pero sabia, teoría del técnico yugoslavo, cuya rotundidad y lógina nadie habrá podido discutir. Por otro lado, y a la imagen ofrecida por las andanzas discotequeras de Cunningham, algo que los puristas del bernabeuísmo no hubieran consentido jamás, se le unió una inusitada actividad pretemporada de Juanito, que alimentó las portadas de las llamadas revistas del corazón. Con todo este arsenal, el primer encuentro de Liga culminó con derrota ante la Real Sociedad en Atocha por un terminante 3 a 1.

El esquema táctico del equipo era similar al de la temporada anterior, lo que significaba la titularidad, un año más, de Isidro. Ligeras variaciones lo fueron el asentamiento del joven Gallego y la pérdida de potencia física de Angel; así, el equipo dependía de los buenos momentos de Stielike y de alguna genialidad de Juanito. Superada la ausencia de Cunningham, la delantera "una de las mejores de Europa sobre el papel", según Boskov, redujo su efectividad con las intermitentes ausencias de Santillana y los apagones de Juanito, que perdió su puesto en la selección nacional. En estas circunstancias no surgió ningún relevo y el juego del equipo empeoró.

La primera vuelta concluyó con ventaja del Barcelona, que realizó fases de juego brillante y que hizo temer por un holgado y triomfant final de liga. Boskov, entonces, echó mano de su matemática y lanzó su dialéctica hacia la lesión de Schuster y sus repercusiones sobre el juego del conjunto catalán. Boskov sentenció, para animar la segunda vuelta, al Barcelona al papel de comparsa y sólo manifestó atención por la Real Sociedad. El Madrid sólo pudo alardear de cierta fortaleza en el Bernabéu, donde malganaba a sus rivales, pero sin llegar a perder un sólo punto. En campo ajeno, el resultado era pobre: dos victorias (Gijón y Bilbao) y dos empates (Zaragoza y Sevilla).

Boskov prometió un paseo militar en la segunda vuelta con vaticinio de desastre azulgrana. Y lo primero se cumplió en la primera fase, puesto que en los cinco primeros partidos el Madrid logró nueve puntos sobre diez, con sólo el tropiezo ante la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu (1-1), y las importantes victorias ante el Atlético de Madrid (2-3), escándalo Urízar incluído, y Hércules (0-1). Sin embargo, y por segunda vez, a Boskov le fallaron las cuentas. Al igual que con el Barcelona, el Luis Casanova supuso el comienzo del bache que terminó con su cese. A lo largo de diez semanas, tres meses aciagos, el Real Madrid sólo pudo obtener dos empates fuera ante Valladolid (0-0) y Betis (0-0); el resto fueron derrotas. En casa se perdió fortaleza y sólo se pudo ganar al Cádiz (2-0), con empates frente a Español (1-1) y Athlétic (1-1). De Las Palmas, Boskov pasó por la aduana su cese camuflado de dimisión lacrimógena. La huelga de futbolistas impidió a los titulares el honor de obtener la única victoria fuera desde que el rumbo se torció: fueron los reservas quienes derrotaron al Castellón (1-2). Al final, la papeleta se resolvió en cuatro días: obtención del título de Copa y victoria de castigo sobre el Barcelona. Remitir hasta el última encuentro la posibilidad de ser campeón de Liga era un brindis en honor de Boskov. Cada cual en su sitio: el Madrid haciendo buena su historia; el técnico, sus cuentas.

En la Liga, el Real Madrid cosechó pocos goles, aunque fue el equipo menos goleado, con perdón de Arconada. Para los suspicaces, al Madrid se le pitaron 5 penalties a favor y 2 en contra, cifra inferior a la del Barcelona -8 a favor y seis en contra-. Juanito, pese a todo, fue el máximo goleador del equipo -nueve goles-, con Santillana y Stielike -8-, detrás.Otra pequeña historia fue el altercado Miguel Angel-Boskov, las denuncias de Juanito, la solidaridad de los jugadores hacia el técnico yugoslavo y el misterio que rodea las operaciones de López Quiles. En el terreno europeo, por último, el Real Madrid tuvo su noche negra: tres expulsados en Kaiserlautern, goleada humillante incluída, y la imagen del club deteriorada: la prensa calificó a los otrora caballeros madridistas de simples "leñadores".

Si De Carlos no lo impide, éste será el último año de la transición. El legado histórico seguirá pesando sobre un club que construye el futuro con la vista puesta en su pasado.

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