Réplica de Peces-Barba

Me refiero a la carta que han publicado con el título de Jeremías Bentham y Gregorio Peces-Barba, firmado por don Fernando Alvarez Uría Rico, de Madrid, respecto de la cual quisiera hacer algunas observaciones.En primer lugar, no soy nada partidario de esa forma de argumentación irónica que contiene una pretensión de humillar o de ridiculizar, porque siempre ha sido para mí un misterio la afirmación de las propias posiciones a través de la humillación y del ridículo de los demás.

En segundo lugar, como profesor universitario, tengo que reconocer el valor de Bentham para la historia del pensamiento juridico, luchador incansable contra el dogmatismo de lo que él mismo llama "fanáticos armados de unos derechos naturales", y en ese mismo sentido precursor de las filosofías jurídicas -Bobbio y sobre todo Hart, el profesor de Oxford-, que me parecen más adecuadas. No caen en un positivismo cerrado, pues reconocen y preconizan la crítica al derecho positivo desde la moralidad, pero son tolerantes y no se cierran en ningún dogmatisrno. Bentham prepara eso y otras muchas cosas más en la culturajurídica moderna. Hay que mirarle también por sti rechazo y sus planteamientos reformistas en relación con el antiguo régimen, por su racíonalización de la legislación, por su utilitarismo; en base a eso será, por ejemplo, partídario del divorcío, lo que no es normal en su época, y por su crítica al derecho judicial inglés desde posiciones democráticas. Evidentemente es un pensador reflejo del pensamiento burgués progresista, criticable en diversos aspectos desde un planteamiento actual, pero no descalificable con una cita de Marx. Los matices deben prevalecer soibre toda simplificación que venga avalada por una cita de autoridad.

Finalmente he leído, en la difusíón francesa de Esteban Dumont, toda la obra de Bentham y también el Panóptico. No me parece de recibo el argumento ni por Bentham ni por mí. Bentham es ta,mbién en esa materia reformista y, se deben comparar sus propuestas cori la situación de las prisiones y de los presos en aquellos tiempos. Por lo que a mí se refiere, sólo quiero recordarle que tanto yo como mi partido somos los impulsores de la abolición de la pena de muerte, de reformas procesales como la supresión del juicio suniarísimo, como el establecimiento de la asistencia letrada al detenido y también de todo el título de los derechos fundamentales en la Constitución. Le ahorro una narración de mis luchas y de mis trabajos doctrinales durante la dictadura. Sólo pído a mi distinguido contradictor mesura y objetividad en sus valoraciones. /