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Baloncesto

El espíritu de lucha dio el triunfo al Madrid

El espíritu de lucha y la total entrega de todos los jugadores, junto con el buen planteamiento defensivo del segundo tiempo, permitieron que el Madrid se alzara con un triunfo que tuvo muy dificil desde antes de comenzar el partido, al no poder contar con dos hombres de la importancia de Diaz y Rullán. El Barcelona, que no supo atacar la zona madridista y perdió el control y la serenidad en los minutos finales, no aprovechó una ocasión de oro para vencer de nuevo a su más directo rival a domicilio y obtener un ochenta por ciento de posibilidades de conseguir el título liguero.Fernando Romay (22 años) y Fernando Martín (20) fueron los pivots titulares del Madrid. Junto a ellos, Juan Antonio Corbalán, pletórico de juego en la dirección del equipo; Juan Manuel López Iturriaga, en el mejor momento de su vida, y Mirza Delibasic, la gran estrella yugoslava que, pese a algunos altibajos, triunfa en el equipo de Lolo Sainz y posee la suficiente capacidad resolutiva como para llevar al triunfo al conjunto blanco, que por mil y una circunstancias se muestra irregular.

Estos cinco hombres no pudieron con el Barcelona de Solozábal, Epi, Sibilio, De la Cruz y Hansen. Los azulgrana ganaron la lucha bajo los aros. Fernando Martín acusó su estancia en la cama durante la semana y Romay no tuvo su día. Epi no acusó su indisposición, que sufrió pocas horas antes, e hizo estragos en el aro blanco. Sibilio no estuvo a su altura, pero Solozábal cuajó una actuación magistral, y además de dirigir al equipo, sumó ocho puntos en cuatro lanzamientos en momentos importantes del primer tiempo. Juan de la Cruz era un coloso bajo los aros y se erigió en el dueño de las zonas.

Con las gradas del Pabellón hirviendo, se vio un bonito y entretenido partido, con una calidad aceptable. Los dos equipos ofrecieron dos caras. En la primera mitad se inhibieron en defensa por miedo a las faltas, y en la segunda apretaron en esa faceta, porque nadie veía asegurado el triunfo. Esto hizo que los blancos, con menos recursos desfilaran hacia el banquillo por personales. Antes, Sainz se vio obligado a renunciar a los centímetros y sacó a Brabender, todavía sin recuperarse del todo, por Romay. Poco a poco el Madrid se desmanteló. El Barcelona cobró ventaja de seis puntos, e hizo suponer que se llevaría la victoria. Tenía todo a su favor. Iturriaga, que hizo de todo, y muy bien, fue eliminado, y tras él, los dos pivots. Lo normal hubiera sido que el Barcelona arrasara. No fue así.

El Madrid, como es habitual, sacó fuerzas de flaqueza, se superó a sí mismo y rompió con todos los moldes y teorías del deporte de la canasta. Esa que está a 3.05 metros de alta. Los bajitos y la colaboración especial de Delibasic (36 puntos), con un panorama muy oscuro y sin posibilidades teóricas de vencer, doblegaron a un Barcelona que al final no supo estar en plan campeón ni luchar humildemente por una victoria que se le escapaba.

Poco menos que de imperdonable hay que calificar la derrota del Barcelona, pese a que también tenía sus problemas y se vio obligado a incorporar a Hansen a última hora, lógicamente algo menos acoplado que Phillips. No acertó a sujetar a Delibasic y tiene plantilla suficiente para hacerlo. Se precipitó en los últimos minutos de partido cuando tenía todo a su favor, y cometió fallos impropios de un campeón.

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