Los bancos continúan empujando los índices al alza
La desorientación de los inversores y la decidida tendencia alcista del grupo bancario continuaron siendo las notas que caracterizaron el comportamiento de los mercados de valores nacionales en las sesiones que pusieron fin a la pasada semana. La proximidad de las juntas extraordinarias de accionistas de los bancos Popular y de Vizcaya, y el anuncio de los pagos del segundo dividendo a cuenta del ejercicio de 1981 que realizarán las entidades del sector el próximo día 25 de este mes, junto con el voluntarismo que vienen manifestando los representantes bursátiles de estas entidades, parecen ser las razones en las que se apoya el sostenido incremento en los precios de los valores bancarios, cuyo soporte genérico, desde luego, donde no puede buscarse es en la demanda que de estos valores están realizando los inversores.
Los valores eléctricos se movieron dentro de un marco de negocio muy reducido, las diferencias en sus cambios fueron mínimas y, en general, parecía detectarse una falta de compradores que incidió en que las variaciones en los precios no fuesen más profundas, aunque para ello hubiese sido necesario ceder posiciones. En el resto del mercado, los picoteos de los especialistas sobre valores concretos con claras intenciones especulatívas continuaron produciéndose, aunque probablemente la indecisión de los mversores esté influyendo en que los animadores profesionales comiencen a preocuparse por la viabilidad de las compras que realizaron los últimos días de la semana pasada, cuando las bolsas apuntaban condiciones para iniciar una etapa alcista, que al final acabó por revelarse como tremendamente inconsistente, a pesar de todos los esfuerzos que se aportaron.
Extremos como la evolución alcista de los tipos de interés en los mercados financieros internacionales, la depreciación galopante de la peseta frente al dólar y los tenebrosos rumores que se desprenden sobre la marcha de los proyectos de la ley de Inversión Colectiva tienen un efecto negativo en los inversores que no ha sido capaz de frenar la baja momentánea en los tipos del Interbancario español.
Por otra parte, el menor favor fiscal del que gozarán las inversiones bursátiles a lo largo de 1982 también está influyendo negativamente en el ánimo de los inversores, y, por último, la posibilidad de que la Administración, por fin, decida llevar a cabo su proyecto de colocar los 120.000 millones de nueva deuda pública a corto plazo entre el público, en contra de los argumentos del sector privado, representan un nubarrón en el ánimo de las instituciones, para las que la competencia que representaría este tipo de emisiones para los mercados de valores podría resultar fatal.
En estos momentos sólo se están moviendo los inversores que se guían por estímulos especulativos, que normalmente suelen tener una moral a prueba de bomba, y que en definitiva acostumbran a conformarse con pequeñas diferencias en las cotizaciones.
Entre ellos y los representantes bancarios se encargan de generar la mayor parte del movimiento bursátil, que, por tanto, no puede dejar de resultar breve, a la vez que el ambiente se torna por momentos más peligroso para los inversores menos avezados y que, ante la aparente resistencia a la baja que están manifestando las bolsas, se deciden a aportar su óbolo. comprador.
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