Bette Davis,
la actriz que en otro tiempo fuera preferida por el director William Wyler, recientemente fallecido, no ha podido ocultar sus 73 años cuando ha asistido, -guante y sombrero-, a los funerales que se han celebrado en Los Angeles por el director, entre otras, de las películas Ben Hur, El coleccionista o Funny Girl. Lejos está ahora la Bette Davis de aquella interpretación de Jezabel en 1938, dirigida por Wyler e interpretada también por Henry Fonda, pero al menos conserva la alegría de haber conseguido con esta película un Oscar de Hollywood. Por lo demás, la actriz americana no sufre por sus arrugas, porque siendo todavía muy joven, poco después de que fuera admitida gratuitamente en la escuela de arte dramático de John Murray Anderson, su rostro y su fisico le impusieron grandes limitaciones, que tuvo que superar a fuerza de voluntad y temperamento para interpretar. Frente a estas dificultades, la fogosidad de la joven actriz arrastró a los espectadores. No vaciló tampoco en llevar a sus últimos extremos en la pantalla la imagen de mujer fatal y destructora.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.