Agnosticismo español

Leo en la sección «Religión» una frase, atribuida al señor don Marcelo González, que me ha dejado un poco confuso. Dice que España está enferma de agnosticismo ateo, textualmente.Primero: agnosticismo es una posición intelectual responsable por la que una persona que razone equilibradamente entiende, sin hacer de ello ni doctrina ni arma de dominación, que es inaccesible al entendimiento humano toda noción del absoluto. Por tanto, si el señor González (don Marcelo), en su misma actividad de profesional de la religión (o séase, como ahora se dice, un liberado), admite el misterio o los misterios, en plural, es un agnóstico a tiempo parcial ininterrumpido.

Segundo: ateísmo es la doctrina, o la opinión, o lo que sea, que niega la existencia de Dios. ¿Cuál Dios? Pero es sólo esto; es una posición intelectual respetable, teniendo en cuenta que el señor González (don Marcelo) podría ser calificado de ateo por los musulmanes, los hebreos (judíos y/o sionistas), porque claro está que él, en su posesión de la verdad absoluta, no puede aceptar, en principio, que haya Dios distinto de su Dios Trino.

Dice que no podemos dilapidar lo que hemos heredado. Si él lo ha heredado, que no lo dudo, porque entiendo que si es lo que es se debe a una herencia de fe del carbonero y nada más, que lo conserve, que lo conserve, como decía la canción. Pero toda herencia debe aceptarse a «beneficio de inventario», porque esta herencia estaba muy deteriorada y muy gravada. O séase, que aportaba más deudas históricas que beneficios reales.

El obispo de Vic confunde respeto al hombre con hombre respetable, con representatividades, con carismas autoconcedidos. Sería muy respetable -cosa que yo no crítico, siempre que se aplique a toda la humanidad sin discriminación- que el obispo de Vic, siempre tan combativo desde la ciudad semítica o ciutat dels sants, entendiese perfectamente cuál es su misión de sirviente de los siervos de Dios y no mandamás prepotente e inviolable de las conciencias ajenas.

Hay mucha tela para cortar en este asunto que debemos erradicar totalmente de nuestra relación, cual es el sí o el no a la continuidad del nacionalcatolicismo. Quizá lo mejor será convertirse en un pasota total. Y dejar de una vez bien establecido aquello del césar (zar, sha, kaiser, etcétera) y Dios, etcétera./