Desgraciadamente hemos vuelto

a los tiempos de siempre en nuestra querida Televisión Española. Iñaki Gabilondo, quien no es más mártir que otros periodistas de casi cualquier medio informativo, representa hoy la lucha contra la censura y a favor de la libertad y la democracia.Como ya dijera el mismo implicado a Radio Nacional de España: «No quiero ser bandera de nada». Pero cuando alguien lucha por una télevísión digna y seria lógicamente se convierte en mártir y bandera de lo que sea. Ahora recuerdo los momentos en que La clave fue censurada y todos los medios informativos y profesionales del periodismo o ciudadanos en general se pronunciaron en defensa de este programa y de su director, señor Balbín, hoy jefe de programas especiales de Televisión Española, quien no se ha solidarizado, cómo tantos otros, con el señor Gabilondo.

Ante estos hechos, no puedo por menos que preguntarme si no será cierto eso de que cuando uno ya tiene el sillón dejan de preocuparle las sillas de los otros.

Sotillos, Balbín, Azcona, Hermida, Del Olmo, Erquicia y muchos más deberían plantearse muy seriamente el que si han cesado a un compañero, o a un jefe para otros, es porque las cosas no son como creían que serían y que los próximos pueden ser ellos mismos; quizá entonces pidan la solidaridad de Gabilondo allá donde se encuentre para «seguir defendiendo la libertad de expresión »./