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La Federación de Judo no justificó la cuarta parte de sus ingresos

Más de una cuarta parte de la subvención entregada por el CSD a la Federación de Yudo para el ejercicio de 1978 quedó sin justificar, según reveló el informe de la auditoría. La historia de la auditoría en esta Federación es, quizá, la más chocante de todas, pues en principio los censores tuvieron que elaborar su informe sin haber visto más papel que una fotocopia del presupuesto de ingresos y gastos.

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Personaje indefendible

Cuando los censores encargados de la Federación de Judo y Disciplinas Asociadas (hoy escindida en dos, Judo y Kárate, pero que entonces incluía todas las disciplinas) se presentaron el 27 de julio de 1979 en las dependencias de dicha federación para examinar los papeles, se encontraron con que el presidente de la misma, Luis Modrego, que ocupaba el cargo desde el mes de febrero de dicho año, les informó de que no les podía facilitar dato alguno del año 1978. La junta anterior no había rendido cuentas a la actual, y ésta remitió al CSD la documentación y libros que encontró. Les informó igualmente de que la federación llevaba contabilidad, pero tan sólo en lo referente a la gestión de la nueva junta, que había encontrado dificultades para formar el asiento de apertura por falta de datos.Como quiera que cuando los censores se dirigieron al CSD para examinar los papeles no les fueron mostrados, el trabajo de éstos finalizó ahí, y presentaron su informe, que no fue más que el presupuesto de gastos e ingresos de la federación para el año 1978, único documento que pudieron examinar. Fue Florencio Noriega la persona que obstruyó la labor de los censores en el CSD, no sólo en el caso de la Federación de Yudo, sino en todos los demás. El papel obstruccionista del entonces secretario general del CSD está largamente explicado en carta enviada por el presidente del Colegio de Censores Jurados de Cuentas a Iñigo Cavero, que cuando llegó al cargo pidió informes acerca de todo el desarrollo del controvertido asunto de las auditorías.

La suerte del informe relacionado con la Federación de Judo fue en principio la misma que la de las otras seis: cuando llegó al CSD nadie quería cogerlo, y fue finalmente dejado sobre una mesa. La intervención del PSOE, que descubrió el asunto y convocó a la Prensa para explicarlo, dio lugar a que el CSD pidiera una ampliación de los informes, la cual sí permitió ya el acceso de los censores a la documentación que obraba en su poder.

Casi diez millones sin justificar

Para efectuar la ampliación, los censores pudieron examinar: a) certificado de fecha 13 de marzo de 1980 con constancia de la subvención que el CSD había entregado a la Federación de Yudo, con cargo al ejercicio económico de 1978; b) cinco cajas archivadoras conteniendo justificantes de diversos gastos, y c) fotocopia de 45 carpetillas en las que la federación relaciona por libramientos, conceptos, importes y totales los gastos en cuestión.Del estudio de la documentación, los censores llegan a la conclusión de que del total del importe de la subvención, 37.817.853 pesetas, sólo está justificado el empleo de 27.972.118, por lo que queda pendiente de justificar la cantidad de 9.845.745 pesetas.

Es de destacar que en la fotocopia del presupuesto de ingresos y gastos para el año 1978, único documento, como queda reseñado más arriba, que pudieron obtener los censores en la primera fase de la investigación, figuraba como cantidad a entregar por el CSD 32.923.000 pesetas, cantidad distinta a la que señala el certificado, que después le entregó el CSD. Los ingresos, según la misma fotocopia, se completarían con cinco millones que la federación debía recaudar por el concepto cuotas y licencias (40% de los ingresos regionales).

Federación conflictiva

No es extraño que la Federación de Judo resultase la que más problemas creó en el informe sobre la auditoría. El presidente, García de la Fuente, fue cesado en sus funciones el 27-4-1977 por expediente del CSD. El 31-1-1978 se hace cargo de la presidencia el vicepresidente, Martín Peña (posteriormente asesinado). El 10-3-1978 vuelve a hacerse cargo por un solo día García de la Fuente, que inmediatamente es sustituido de nuevo por Martín Peña. Este, a su vez, dimite el 27-4-78; el CSD nombra a Juan Manuel Hernández, funcionario del propio CSD. Dimite el 21-6-78, le sustituye Angel Vilches, que dimite el 30-7-1978; la dimisión es ratificada por el CSD el 11- 10- 1978, fecha en la que entra como presidente en funciones Manuel Marco. El 21-1-1979, tras elecciones, entra definitivamente Juan Pascual Olmos, que continúa al frente de la federación.

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