Valbuena, veinte años de titular en el Moscardó
Francisco Valbuena, ya más cerca de los 38 que de los 37 años, cumple este año sus bodas de plata como futbolista. Le van a llegar vistiendo aún la camiseta del Moscardó, su equipo de siempre. El más veterano jugador en la categoría nacional del fútbol español dejó ya la edad con la que se retiró Iríbar, y va detrás de Pazos, que con 44 años aún pasó del Abarán al Santa Pola, donde aguantó dos temporadas.
Valbuena lleva también el camino de los grandes guardametas italianos: Zoff, con 38 años, aún es titular en la selección italiana y en la Juventus, y a Albertosi, que cumplió los cuarenta en el Milán, le retiró el escándalo de las apuestas en el fútbol de su país.Los equipos de barrio, en la zona de Usera, fueron en los que se inició Valbuena. Tenía trece años, y cinco más tarde comenzó a jugar en equipos federados. Una temporada en el Manufacturas Metálicas, que estaba en Tercera División y descendió a Primera Preferente, dos en el Socuéllamos y una en el Guadalajara le abrieron las puertas del Moscardó, equipo con ciertas aspiraciones -llegó a jugar en Segunda División -que vio en Valbuena un portero de carácter vitalicio.
Valbuena lleva veinte años como titular del Moscardó. Ha aburrido a una docena de porteros, «pero creo que no se han molestado conmigo», dice el veterano jugador; «hace algunas temporadas tuvieron su oportunidad, porque estuve medio retirado, pero me tuvieron que volver a llamar». Tenía entonces Valbuena 33 años; la directiva afrontó la temporada bajo una nueva política por falta de liquidez y Valbuena se fue «porque a lo que no estaba dispuesto es a que el fútbol le costara dinero; la temporada es larga y las tardes se te van con los entrenamientos; tenía que hacer horas extraordinarias en el trabajo, soy mecánico, por lo que me considero aficionado, y de alguna manera tenía que seguir adelante». Al final hubo acuerdo con la directiva.
Fútbol profesional y aficionado
«Y seguiré, al menos, una temporadita más. Hasta que la directiva quiera, porque en el equipo estoy a gusto. Yo llegué con Pedro Román como presidente, y mientras esté, yo, encantado, aunque me den la baja, porque no me desagrada la idea de estrenar mi título de entrenador regional con alguno de los equipos juveniles; quisiera probar para saber si valgo en esa faceta».Quizá el secreto de la longevidad deportiva de Valbuena haya que buscarlo en que no se considera profesional: «No me gusta hablar de dinero, sólo puedo decir que del fútbol no vivo, pero tampoco me cuesta, lo que no quita para que me encuadre en la categoría de aficionados. El fútbol profesional es muy distinto, porque a nosotros no se nos exige tanto. Al fin y al cabo, muchas veces tenemos que venir a los entrenamientos sin comer».
Valbuena recuerda el caso de su sobrino Valbuena II, que también jugó en el Moscardó. «Era más joven que yo, y no es que se retirara por la edad, sino que lo dejó a los veintiséis años, desilusionado con el fútbol. Y es que para jugar en plan aficionado tiene que gustarte mucho. Yo entro a trabajar a las siete y media de la mañana y salgo a las tres; por las tardes aún me quedan ganas para entrenarme».
Rapidez y saber estar en el campo son las grandes cualidades que aún chnserva Valbuena. «Lo primero siempre fue innato en mí, lo segundo lo adquirí con los años. Y aún me conservo, porque he procurado evitar excesos en la vida cotidiana; no fumo ni bebo, y tampoco trasnocho, y eso, a la larga, siempre ayuda, porque significa que en la juventud no se han quemado energías innecesariamente, y al entrar en los treinta años aún tienes fuerzas sobradas para seguir. Algo contribuye, qué duda cabe, que he jugado siempre de portero, pues en los partidos el esfuerzo físico continuo es menor».
De momento, Valbuena sigue sin dar mayor importancia a que continúe en activo a sus ya casi 38 años: «No deja de ser una pura anécdota, porque en los campos de fútbol, mientras unos te llaman viejo, otros te animan a que sigas como ejemplo».
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