El Barcelona dio facilidades al Madrid
El Barceloria se dejó sacrificar como un animal en el matadero. Aunque la espita de los goles madridistas se abriera con un penalti discutible, el triunfo del Madrid fue absolutamente justo, producto de su mejor juego, su mayor ambición y su dominio en todas las zonas. El Barcelona sólo sacó un delantero, Simonsen, y únicamente cuando ya estaba todo decidido colocó un segundo punta: Rarnírez.El planteamiento de HH dejaba a su. equipo prácticamente sin posibilidad de marcar. Quedaba sólo Simonsen en punta, con esporádicas subidas de Esteban, a quien esperaba Sabido cuando se retrasaba más allá de medio campo, o de Sánchez, a quien paraba Stielike. Schuster jugó casi escondido, sin darle apenas trabajo a su marcador, Angel, y Martínez que daba muy echado atrás, hasta el punto de que convirtió al lateral madridista García Cortés en un extremo retrasado. Estella empezó con ganas, tratando de complicarle la tarde a Del Bosque, pero al cuarto de hora sufrió un tirón y su sustituto, Landáburu, jugador de indudable calidad, demostró falta de condición física.
Aunque en los primeros minutos los brujuleos de Esteban y el tesón de Estella parecieron desconcertar al Madrid y dieron la sensación de que el Barcelona estaba bien plantado sobre el campo, cuando cada madridista encontró exactamente las zonas de marcaje, el equipo azulgrana quedó reducido a nada. Simonsen corría, perseguido por Camacho, cada vez que el Barcelona amagaba un contraataque, pero pocos balones le llegaban, y cuan do eso ocurría, tenía a Camacho encima y a ningún Compañero en quien apoyarse. Un disparo de Sánchez y un libre directo lanzado por Schuster y que rozó el larguero, si bien el árbitro lo hizo repetir, fue todo lo que dejó el Barcelona en la primera parte.Los madridistas buscaron el gol desde el principio
El Madrid, por contra, buscó generosamente la victoria desde el principio. Isidro se quedaba arriba, al remate, con Santillana, como segundo hombre de área. García Cortés subía continuamente por la derecha e iniciaba bien la jugada, pero su condición de zurdo le creaba problemas a la hora de terminarla. Juanito intentaba inventar algo y fallaba bastante. Y más atrás, Stielike, Del Bosque y Angel jugaban espléndidamente, como lo harían durante todo el encuentro. Pese a la superioridad del Madrid, el Barcelona, que cedía metros y esperaba atrás, se cerraba bien, y al descanso se llegó sin goles y con sólo tres llegadas claras al gol por parte del Madrid, que, por otra parte, se encontró con un Artola en forma.
Boskov retocó el equipo en el descanso y lo mejoró notablemente. Quedó fuera García Cortés y entró Pineda como extremo izquierdo, mientras que Isidro pasó a la derecha, para jugar muy adelantado. Con ellos y Santillana, el Madrid tenía tres delanteros en línea, más Juanito, que empezó a jugar bien y cuajó un soberbio segundo tiempo, como media punta. La superioridad del adrid se hizo más patente y no tardó en llegar el primer gol, en galopada de Juanito, que se benefició del rebote cuando se le cruzó Olmo, y derribo de Artola, cerca de la línea del área, pero fuera de ella. Pero esto quizá sólo sea anécdota, porque el gol tenía que llegar por una vía u otra. El Madrid siguió apretando, con el público ya enardecido, y sin que el Barcelona supiera cómo reaccionar. En el minuto 71 quedó decidido el encuentro cuando ese Barcelona que llegó a Madrid a hacer el cerrojo se tragó increíblemente un saque de córner para que, Santillana empalmara una espectacular volea que casi echa el campo abajo.
Sólo entonces HH colocó un segundo delantero, Ramírez, para apoyo de Simonsen. Pero apenas había entrado cuando llegó el tercer gol del Madrid. El empujón final del Barça dio lugar a tres disparos a puerta en los últimos minutos, que nos dejaron a todos la nostalgia de lo que hubiera podido ser el encuentro de no existir la renuncia, absoluta de HH al ataque. El Barcelona trató de jugar como si le sobraran puntos y el resultado está ahí: a cuatro jornadas del final hay otros tantos equipos que cuentan con mejores posibilidades para ser campeones.
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