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Barcelona y Joventut, por el título de Recopa y Copa Korac

El Barcelona, en Roma, a partir de las nueve de esta noche, y el Joventut, mañana, en el Palau Blau Grana, a las 16.45 horas, disputarán las finales de la Recopa y de la Copa Korac, respectivamente. El Squibb de Cantu será el rival de los azulgranas y el Carrera de Venecia el de los verdinegros. Es la primera vez en la historia que dos equipos catalanes llegan simultáneamente a dos finales europeas. El baloncesto italiano tendrá además representante en la final de la Copa de Europa el día 26 de este mes en Estrasburgo, ya que el Sinudyne de Bolonia se enfrentará al Maccabi de Tel Aviv.El Barcelona afronta la final continental con todas las garantías, pese, a que el rival sea italiano y el choque se dispute en Roma. El equipo de Antonio Serra está pletórico de fuerza, juego y moral, y se encuentra perfectamente capacitado para volver con el título en la mano. Esto no significa que haya que olvidar o ignorar al Squibb de Cantu, un gran conjunto que tiene a uno de los mejores directores de juego, si no el mejor, de Europa, Pierluigi Marzoratti. Además serán muchos los seguidores que se desplazarán a Roma para animar a su equipo. Cantu está cerca de Milán y el traslado a Roma es muy asequible en cualquier medio de transporte.

Más difícil lo va a tener el Joventut, pese a jugar, como aquel que dice, en casa y pese a que su rival figura en la Primera B italiana, y no en la máxima categoría, como el Squibb. Ocurre que en Venecia han reunido un gran conjunto, el Carrera, que ascenderá esta misma temporada y ha barrido tanto en la competición italiana como en la europea. Resulta paradójico, pero parece más temible el Carrera de Venecia, con los Spencer Haywood, Dalipagic y Della Firi, como máximas figuras, que el Squibb. Mucho y bien tendrá que jugar el Joventut si quiere alzarse con el triunfo final.

Más lejos queda la final de la Copa de Europa, que también contará con representante italiano, el Sinudyne. Al campeón transalpino lo pudieron ver todos los aficionados españoles a través de la pequeña pantalla en su choque con el Madrid en el Pabellón. Entonces vencieron por 88-91 a los pupilos de Lolo Sainz. El duelo que sostendrán frente al Maccabi de Tel Aviv será titánico, especialmente bajo los aros. La lucha en los rebotes entre el brasileño Marquinho y el norteamericano McMillian, por un lado, y los también norteamericanos Perry y Williams, por otro, puede ser todo un espectáculo. Lo difícil será, situados en Estrasburgo, «creerse» que se está disputando un título europeo que ya desde hace años, y esto no es novedad está americanizado, salvo en los países del Este, que, como se ve, quedan fuera de las finales europeas.

Las tres finales de esta temporada son un fiel reflejo de la política que sigue cada país con su baloncesto. Los soviéticos son los que quedan peor parados, porque, tras su fracaso de Moscú, donde tan sólo consiguieron el tercer puesto, pese a que estuvo ausente Estados Unidos, ahora han hecho un triste papel también a nivel de clubes, salvo en categoría femenina, donde arrasan. Yugoslavia sigue cuidando al máximo su selección, actual campeona olímpica, tiene a sus jugadores muy distribuidos en todos los equipos, por lo que a nivel de competición de clubes baja bastante.

Italia es sin duda la gran protagonista. Disputó la final olímpica a Yugoslavia en Moscú, tan sólo con Silvester nacionalizado. Mantiene, en general, un magnífico tono a nivel de selección, y ahora es el único país que tiene representantes en las tres competiciones continentales de clubes. Todo un récord. Y tomen nota los amantes del amateurismo y del olimpismo: todos los equipos llevan nombres de Firmas comerciales. Hay una gran afición y nadie se rasga las vestiduras. Habrá que empezar a pensar que puede ser un espejo en el que mirarse. De otra manera se hace difícil la salida y casi imposible el alcanzar metas.

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