Grandes figuras se retiran después de los Juegos Olímpicos

La intención confesada por Pietro Mennea -también recordman europeo de 100 metros con 10.01- de abandonar el atletismo choca bastante cuando en septiembre próximo, del 4 al 6, la Copa del Mundo, competición más importante de la temporada, se disputará precisamente en Roma. Aunque su medalla olímpica fue una cima en su carrera, resulta extraño que no se despida, por lo menos, cuando sólo tiene veintiocho años, en su propia casa. Se rumorea que su club, Fiat-IVECO, necesita «promocionarle» nuevamente, aunque también es cierto que Mennea no parece ya centrado en el atletismo. Tiene una concesionaria que le ha proporcionado la marca automovilística en su ciudad natal, Barletta, cerca de Bari, y será director deportivo de un equipo profesional -vuelve este atletismo, como se ve, tras su fracaso anterior-, al parecer con norteamericanos de tanto nivel como Moses, Floyd, Smith, Fields y el veterano aún en liza Rod Milburn.Después de los Juegos Olímpicos, sin embargo, como suele ocurrir en esas ocasiones, bastantes deportistas de gran nivel también han dicho adiós definitivamente a la alta competición. La «serie» empezó con Irina Rodnina y Alexander Zaitsev, tras ganar su última medalla de oro en patinaje artístico por parejas, en Lake Placid. Múltiples veces campeones olímpicos y mundiales.

Muchos casos

El 2 de noviembre se anunciaba en Berlín Este la múltiple retirada de atletas y nadadoras de la RDA. Como más destacada estaba Rosemarie Ackerman, primera mujer que superó los dos metros en salto de altura (el 26 de agosto de 1977), con estilo rodillo ventral. Derrotada claramente en Moscú, tras haber sido ya campeona olímpica en Montreal, y quizá incapaz de seguir la gran regularidad de la italiana Sara Simeoni, ahora recordwoman, con 2,01 y medalla de oro olímpica, prefirió dejarlo. La italiana, en cambio, tal vez al perder tan importante rival -ya tiene únicamente a las polacas Kielan y Krawzuk-, decidió diez días más tarde continuar en activo, y acaba de ganar nuevamente en Grenoble el título continental en pista cubierta.

Quien no lo hará, por el claro imperativo de la edad, será Ruth Fuchs, ex recordwoman mundial de lanzamiento de jabalina -su última plusmarca fue de 69,96 metros-, pues con 34 años difícilmente podía «salvar», por ejemplo, con éxito el plazo de cuatro años, es ,decir, una olimpiada, hasta los Juegos de Los Ángeles, en 1984.

Otras retiradas han sido: Johanna Klier-Schaller, de veintiocho años, ex campeona de Europa y olímpica -en Montreal, y segunda en Moscú- de 100 metros vallas. Y nadadoras tan importantes como Andrea Pollack, con diecinueve anos -«vieja» ya para el deporte acuático-, ganadora de cinco medallas entre Montreal y Moscú, y que tuvo el récord mundial de 100 mariposa, con 59.46; Ulrike Tauber, de veintidós años, especialista de estilos, o Birgit Treiber, de veinte años, espaldista. Todas ellas recordwomen mundiales de la gran escuela de la RDA.

Pór último, dos grandes figuras más dejaron el deporte después de la cita de Moscú. El 13 de diciembre, Irena Szewinska, de 34 años, una de las atletas más grandes de la historia, lo anunció en Varsovia. Casada y madre de una niña, ello no le impidió participar en cinco Juegos Olímpicos desde 1964 -uno de los grandes casos de longevidad deportiva-, logrando siete medallas, sumadas a las diez obtenidas en los campeonatos europeos. Asimismo, alcanzó récords mundiales en 100, 4 x 100, 200 y 400 metros, prueba esta última en la que se convirtió en la primera mujer que bajaba de los 50 segundos. Por otro lado, en los primeros días de febrero anunció su marcha Nikolai Andrianov, sin duda el mejor gimnasta de todos los tiempos, y al que difícilmente podrá igualar el gran dominador en Moscú, Alexander Ditiatin. Andrianov, nacido en 1952, ganó en su carrera trece medallas olímpicas, diez en campeonatos del mundo, dieciséis en los de Europa, amén de dos Copas del Mundo. No ha quedado competición sin su triunfo.