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La Universiada de invierno resultó un fracaso

La reciente Universiada de Invierno, celebrada por primera vez en España, ha confirmado dos cosas importantes: por un lado, que los defectos de organización, aunque superables, no permiten pensar -aunque ya se plantee- en unos inmediatos Juegos Olímpicos en nuestro país; por otro, sobre todo, que los Juegos Universitarios, como ya denunció ELPAIS, no son, ni mucho menos, el segundo acontecimiento mundial de los deportes de hielo y nieve, tras la primera cita olímpica. El nivel registrado en el pirineo aragonés, salvo escasas excepciones, ha sido bajísimo.

Antes de comenzar la Universiada, aun sin conocerse exactamente los participantes -no facilitados hasta el último momento-, el nivel no podía ser alto. Lamentablemente, los organizadores mintieron al querer darle la importancia del máximo acontecimiento celebrado jamás en España. Para aseverar esta temeridad, la base era que tras los Juegos Olímpicos de Invierno la Universiada les seguía en orden de calidad. Pero esto no es cierto. No sólo el deporte universitario ya no es vanguardia del mundial general, como quizá sucedía hace años -y, por supuesto, en España-, sino que en el caso invernal su nivel decrece mucho más. La coincidencia o los intereses de las distintas copas del mundo -de esquí alpino, fondo o saltos- o los campeonatos, no menos mundiales, de patinaje artístico, y Ias elevadas exigencias de los países punteros en hockey sobre hielo -que piden, por ejemplo, giras garantizadas para compensar los elevados gastos de traslado y estancia- llevan a la obligada ausencia de los deportistas. Por todo ello, el hecho de que se reúnan más de veinte países en una competición no da derecho de calidad necesariamente. Los datos son bien elocuentes al respecto.

Sólo cinco figuras

Tanto el esquí alpino como el de fondo -no así los saltos- hicieron un alto en sus respectivas Copas del Mundo respetando en sus calendarios el de la Universiada, pero aun así bien pocas figuras vinieron a España. En la modalidad alpina las últimas pruebas masculinas fueron un eslálom y un gigante en Are (Suecia) los días 14 y 15 de febrero. Las mujeres tuvieron aún más descanso, desde el 10 y el 11, últimas citas -una de ellas suspendida- en Maribor (Yugoslavia). En ambos casos el gran circo blanco vuelve a ponerse en marcha al otro lado del Atlántico, en Aspen (Colorado), en plenas montañas Rocosas, todo este fin de semana. Sin embargo, pese al paréntesis, sólo participaron en la Universiada cinco nombres importantes: Perrine Pelen, Daniela Zini, Claudia Giordani, Peter Popangelov y Valery Tsyganov. La primera, como mejores resultados, ha ganado ya esta temporada los eslálom de Altermarkt y Bormio -18 y 20 de diciembre- y va cuarta en la general de la Copa; Zini, segunda en el gigante de Limone Piemonte -7 de diciembre- y en el especial de Zwiesel -3 de febrero-; Gordani, segunda en el eslálom de Scliruris -13 de enero-; Popangelov, segundo igualmente en el eslálom de Garmisch -11 de enero-, y Tsyganov, cuarto en el despenso de Saint Moritz -21 de diciembre- y quinto en el de Wengen -24 de enero-.Ejemplos, en cambio, del pobre nivel universitario pueden ser: Bohumir Zeman, el checo ganador del gigante, el más conocido tras los cinco citados, ha obtenido en Copa del Mundo hasta ahora: puestos 16 y 21 en los gigantes de Morzine -6 de enero- y Ebnat Kappel -4, aunque fue segundo en la primera manga-; 18, 19 y 20, respectivamente, en los eslálom de Oberstaufen y Wengen -18 y 25 de enero-, Garmisch -11- y Madonna di Campiglio -9 de diciembre-. El yugoslavo Tomas Cerkovnik, segundo tras Zeman, fue el veintiséis en esta última prueba; 55 en el gigante de Ebriat Kappel y 79 en el descenso de Val d'lsere, el 7 de diciembre, al comienzo de la Copa del Mundo. Tchaadev, segundo en descenso, tras Tsyganov, había sido el 52 en Garmisch, el 11 de enero, con su compatriota, décimosexto.

Más casos

El descenso femenino en Formigal lo ganó la soviética Marina Junusova, cuyas referencias eran: 42 en el de Altermarkt -la curiosa italiana Elena Matous, que ha representado ya a San Marino, Luxemburgo e Irán, quinta en la Universiada, fue entonces, el 17 de diciembre, la 40-; 45, 52 y 66 en los gigantes de Limonel Haute Nendaz, 22 de enero, y Zwiesel, y 32 en el eslálom de Bormio, el 20 de diciembre. Si ella ganó en la Universiada, no es extraño que la mayoría de las participantes ni siquiera tuviesen puntos FIS (Federación Internacional de Esquí), que se consiguen en pruebas especiales y sirven de baremo para salir después en las mejores posiciones en la Copa de Europa o del Mundo.Los casos en otras especialidades fueron similares o aún más significativos. El vencedor en patinaje artístico masculino, Konstantin Kokora, fue décimo en los Juegos Olímpicos de Lake Placid y ya no quedó entre los tres primeros del campeonato soviético, por lo que no fue seleccionado para los de Europa, que ganó en Innsbruck su compatriota Igor Bobrin, actualmente en Hartford (Estados Unidos), donde se disputan los mundiales. En mujeres y danza -no hubo parejas- ocurrió lo mismo. Sólo estuvieron en Jaca los reservas.

En saltos, aparte de suspenderse los de trampolín de noventa metros, únicamente el quinto clasificado en setenta metros, otro soviétíco, Komarov, sonó esta temporada, al ser noveno en Le Brassus (Suiza), pero en una prueba no puntuable para la Copa del Mundo, a la que sí se han dedicado los mejores especialistas, olvidándose de la Universiada. El caso de hockey hielo fue quizá peor, con sólo cinco equipos en liza, tras no convenirle a la RFA a última hora las condiciones. Japón, tercer clasificado, pertenece actualmente al grupo B mundial, es decir, a la segunda división, que disputará su campeonato en Ortisei (Italia) del 20 al 29 de este mes.

El caso del esquí de fondo fue aún más sangrante, pues sólo ayer volvía a andar la Copa del Mundo en Lahti (Finlandia), desde el día 22 de febrero en Kavgolovo (URSS). Pero sólo estuvieron en la Universiada el búlgaro Lebanov, medalla de bronce olímpica en treinta kilómetros; la checa Jeriova, también tercera en cinco kilómetros y novena en diez kilómetros, y los soviéticos Burlakov, que marcha cuarto en la Copa, por su regularidad en las seis pruebas celebradas -cuatro de quince kilómetros: en Davos (Suiza), Ramsau (Austria), Velingrado (Bulgaria) y La Bresse (Francia), y dos de treinta kilómetros: Castelrrotto (Italia) y Kavgolovo (URSS)-, y Kozel, oro en quince kilómetros y plata en treinta kilómetros en la Universiada, pero inferior a su compatriota en Copa del Mundo. La también soviética Ljibo Zabolotskaia, vencedora en Panticosa en cinco kilómetros y tercera en diez kilómetros, es decir, tan dominadora del esquí de fondo en la Universiada como Kveta Jeriova, ganadora de los diez kilómetros y segunda en cinco kilómetros, no es que haya destacado precisamente en Copa del Mundo esta temporada. Forma parte del relevo de la URSS, pero es muy inferior a Smetanina, la número uno actual. Fue décima en los cinco kilómetros de Ramsau, el 20 de diciembre; decimotercera en Le Bresse, el 24 de enero, y sólo obtuvo un tercer puesto en Le Revard (Francia), el 21, pero en prueba no puntuable. Segunda ese día y, sobre todo, segunda en Nove Mesto (Checoslovaquia), también escala de la Copa del Mundo femenina, fue Raisa Korova, la otra soviética reseñable, quinta en los cinco kilómetros de Panticosa.

En realidad, como en el esquí alpino, un máximo de cinco o seis figuras,de entidad en pruebas con una media de cincuenta participantes, es decir, bien poco para mantener un nivel aceptable. En saltos, hockey y patinaje, ni siquiera eso. Al margen queda la participación española, que, si en general es ahora muy mala, es aún peor en la parcela universitaria.

Triunfo de Tsyganov

El soviético Valery Tsyganov, demostrando que «los que hubiesen querido» habrían podido estar en las pistas del Pirineo aragonés, ganó ayer el descenso de Aspen, primera de las pruebas puntuables para la Copa del Mundo de esquí alpino, en su último ciclo.

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