La desafortunada actuación de Santillana privó al Real Madrid del triunfo
El Madrid consiguió en Tbilissi un buen resultado, pero debió haberse traído para España la victoria. Controló muy bien al Spartak en el centro del campo y en algunas fases del partido, en especial en la primera mitad, dominó por completo y creó ocasiones suficientes como para ganar. Santillana estuvo especialmente desafortunado ante el marco y eso privó de la victoria a este Madrid, que parece muy centrado en sí mismo. Por lo visto ayer en Tbilissi, el Spartak no es equipo que deba crear problemas en el Bernabéu.No hubo salida en tromba de los soviéticos, porque el Madrid, controló bien desde el principio el centro del campo, con Gallego sobre el delantero centro Gavrilov, que se retrasaba, Angel sobre Schavlo y con Camacho con Cherenkov. Estos tres hombres, que forman también el centro del campo de la selección, quedaron bien amarrados desde el primer momento, con lo que el Spartak perdió la posibilidad de impresionar en los primeros minutos. Algo más atrás, M. Machaidse se preocupaba preferentemente de frenar las posibles subidas de García Hernández en vez de atacar. El único problema que encontró el Madrid en los diez primeros minutos fueron las subidas del lateral derecho, G. Machaidse, de quien Juanito se despreocupaba demasiado. Por su lado llegaron tres jugadas en diez minutos, y una de ellas no fue gol de casualidad.
Cuando Boskov pasó a Pineda, que en principio estaba jugando sobre la derecha, a la otra banda, terminaron los avances por este lateral. Se comprobó además que el del otro lado, Romanzev, no era tan peligroso. De hecho, una vez resuelto esto, y hasta el descanso, el único problema para el Madrid fueron algunas jugadas aisladas de los extremos Schezov y Sidorov, marcados, respectivamente, por Sabido y García Cortés. Estos dos hombres, los únicos puntas del, equipo soviético, alternaban la banda, y los dos demostraron ser mucho más eficientes por la izquierda. Todo el peligro, hasta el descanso, vino ya en acciones aisladas de estos hombres, siempre por el mismo lado.
Controlada la situación, el Madrid fue poco a poco imponiendo su juego, con Juanito al mando del equipo, buen desmarque de Santillana y Pineda, trabajo serio de todos los centrocampistas -entre los que hay que incluir a Camacho-, el Madrid se fue haciendo paulatinamente el dueño del partido y comenzó a crear ocasiones de gol, que fueron sucesivamente malogradas por Santillana. El ariete madridista tuvo la suerte de espaldas y dejó escapar en este primer tiempo cuatro goles claros. En la otra puerta, García Remón sólo tuvo que hacer una parada comprometida, en un libre directo en que botó el balón antes de llegarle, y que a punto estuvo de causarle un disgusto. Aparte de eso, hubo un susto al poco de empezar y un soberbio disparo de Schavlo, al borde del descanso, pero que escapó por fuera. En cualquier caso, una vez cerrada la vía de agua en el lateral derecho, el Madrid controló el partido y llegó a entusiasmar al público con detalles de gran calidad técnica.
Al comienzo del segundo tiempo, el entrenador soviético, Beskov, sustituyó a su defensa central, Samocchin, que le había dado todas las facilidades del mundo a Santillana, por Morozov, que dio más firmeza a la defensa, pero no introdujo ningún otro cambio y el partido siguió exactamente igual, controlado por el Madrid, cada vez más seguro de sí mismo. Sólo cierto exceso de tranquilidad, marcado quizá por la prudencia, hizo que el Madrid llegara poco a puerta, porque siempre atacó con pocos hombres. Pero por momentos dio la impresión de que, caso de echarse más adelante, podría ganar el partido. Su prudencia se fue haciendo mayor a medida que pasaban los minutos y además Juanito hizo en este segundo tiempo un juego menos colectivo y buscó con frecuencia la penetración individual.
A un cuarto de hora del final hubo un segundo cambio en el equipo soviético; entró Cristianenko, en sustitución del extremo Sidorov, pero se situó en el mismo puesto que el sustituido, con lo que en principio no hubo cambio táctico alguno. Pero poco después se adelantó mucho Gavrilov, arrastrando tras de sí a Gallego, que por momentos tuvo que realizar funciones de defensa central. Pero las nuevas fórmulas de ataque noresultaron y no mejoró en nada el poder ofensivo del Spartak. Sólo el achuchón final, con la desesperación de ver que el partido terminaría sin goles, hizo que los soviétícos crearan algunas situaciones peligrosas.
Cambio de fecha
El partido de vuelta entre el Real Madrid y el Spartak de Moscú se jugará el día 19, festividad de San José, a las cuatro y media de la tarde, en lugar del miércoles 18, fecha oficial fijada por la UEFA. Los dirigentes madridistas que se trasladaron a Tbilissi consiguieron que el conjunto soviético aceptase el cambio.
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