Para García Remón no existe el miedo del portero ante el penalti
García Remón ha conseguido superar el miedo del portero ante el penalti. El domingo evitó que las cosas se pusieran cuesta arriba para su equipo cuando, con el marcador aún a cero, detuvo el lanzamiento de Juan Carlos. No fue una excepción: desde hace tiempo, el portero del Madrid se ha convertido en un celebrado especialista en la detención de los penaltis. Tiene su método: «Hay que concentrarse en el balón y olvidarse del lanzador; así evitas el engaño. Lo importante es aguantar lo más posible, hasta que ves salir el balón».
Entró en el Madrid parando penaltis: en la pretemporada de su primer año como titular le detuvo cuatro al Betis en una serie de desempate en el Colombino. Después ha ido confirmando esa habilidad, superándose continuamente. Hace cuatro años, cuando era suplente de Miguel Angel (tras unos años como titular, una lesión de hombro le alejó del equipo en beneficio de Mi-guel Angel, que acreditó sus extraordinarias condiciones gracias a esta oportunidad), tuvo la ocasión de jugar un difícil partido ante el Spórting, en Gijón, por lesión de Miguel Angel, y le paró dos penaltis a Quini. Y hace tres años se produjo su definitivo retornoa la titularidad: Miguel Angel se lesionó en una jugada que terminó en penalti contra el Madrid. García Remón salió a suplirle, y su primera intervención consistió en detenerlo.
Temible para los lanzadores
Desde entonces se ha convertido en el portero más temible para los lanzadores de penaltis: «He tenido suerte, sí, perotambién me he preocupado de mejorar lo más posible en esto. Desde que existen las series de los lanzamientos de panaltis es importante para el portero detener los más posibles. Muchos torneos pueden depender de eso». García Remón trata de desviar su atención del lanzador y concentrarla en el balón: «Cuando te van a lanzar un penalti estás en tensión, y el menor amago del delantero te descoloca, te hace irte a un lado, y entonces él puede tirar tranquilamente para el otro. Yo trato de olvidar al delantero, de aguantar lo más posible sin moverme, de no fijarme en sus movimientos hasta el último momento. Y casi ni eso. Trato de concentrarme sólo en el balón y aguantar hasta que ya ha salido en una dirección para reaccionar. A veces, aunque quieras evitarlo, caes en el engaño, pero generalmente yo consigp aguantar lo preciso para ver hacia dónde va el balón. Alcanzarlo o no alcanzarlo ya es otra cosa, porque, si va fuerte y colocado, hay que ser Superman para cogerlo».No es Superman, pero quizá no ande lejos, y el Madrid, en especial desde que está Boskov, se ha beneficiado mucho de esta especialización de su portero. En las dos últimas ediciones de la Copa, el Madrid ha eliminado al Atlético en la serie de lanzamientos .desde el punto de penalti; en la última, previamente, García Remón había parado un lanzamiento de Dirceu en la prórroga del segundo partido (era la primera vez que Dirceu fallaba en su carrera). En torneos de verano, el Madrid ha eliminado en los penaltis al Colonia, en Bruselas; al Honved, en Coruña, y al Benfica, en el Trofeo Bernabéu. Sólo una vez en los dos últimos años ha perdido el Madrid en una de estas series: fue en la final del Trofeo Bernabéu, en la que, aunque el Bayern sólo le marcó cinco de los ocho lanzamientos, el Madrid falló cuatro.
También sabe lanzarlos
Por su parte, él se ha especializado también en lanzar: «Soy tranquilo y en estos casos eso es lo que hace falta». El año pasado, uno de sus lanzamientos sirvió para eliminar al Atlético de la Copa. Y este año marcó el suyo contra el Bayern: «Hago lo mismo, pero al revés. T rato de no fijarme en el portero. Voy al balón con la idea de darle de una manera determinada, y lo importante es no cambiar en el último momento, aunque el portero se mueva, porque entonces fallas. Si vas decidido, casi siempre marcas. Sólo hace falta tirar colocado y no demasiado fuerte. Si le pegas un patadón tienes probabilidades de no precisar y echarlo fuera».No lleva cuenta de los penaltis que ha parado hasta ahora, pero sí se siente cada vez más seguro: «A veces hasta trato de aprovechar mi prestigio en esto para poner nervioso al delantero. El domingo, por ejemplo, protesté por cómo había colocado el balón Juan Carlos, a fin de ponerle nervioso. Es un truco frecuente que utilizamos muchos porteros. El delantero puede ponerse nervioso con más facilidad, porque en esta jugada sólo él puede quedar mal, mientras que el portero sólo puede quedar bien. Lo lógico es el gol; la parada es un exitazo para el portero». En las series de penaltis está seguro de que nunca le marcan más de tres: «Hasta ahora, paro uno seguro, y casi siempre dos, y siempre hay otro que puede ir fuera».
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