Felipe Alcaraz, partidario de la máxima democratización en el seno del PCE
Felipe Alcaraz Masat es, desde el domingo pasado, el nuevo secretario general del Partido Comunista de Andalucía (PCA), el colectivo territorial más numeroso con que cuentan los comunistas españoles. En esta entrevista concedida a EL PAIS, Alcaraz subraya que el eurocomunismo no significa socialdemocracia, califica de «puramente organizativa» la crisis padecida por el PCA y se declara favorable a la máxima democratización interna del PCE.
Pregunta. Fernando Soto era un eurocomunista convencido. Usted pasa también por serlo. ¿Por qué, entonces, el cambio?Respuesta. Bien. Después de ser reelegido en Jaén, Soto volvió a presentar su dimisión el sábado 17, esta vez con carácter irrevocable y por razones personales, en las que no hemos querido ni hemos debido entrar. Pienso que en su dimisión han influido problemas organizativos, no políticos, derivados de la especial relación existente entre el comité provincial de Sevilla y algunos miembros del comité central del PCA y, más al fondo, del propio rodaje de un órgano de dirección específicamente andaluz, como es el comité central, que no sea sólo la suma de las ocho provincias.
P. ¿No hay, por tanto, ningún paralelismo entre la crisis del Partido Comunista de Andalucía y la del PSUC? ¿Se puede negar la existencia de corrientes prosoviéticas y leninistas en el PCA?
R. Lo que yo puedo decir al respecto es que la resolución ratificando el eurocomunismo fue aprobada por unanimidad, sin ambigüedades y sin que nadie saliese de la sala «oportunamente ». Esto demuestra que los problemas fundamentales que tenemos en Andalucía son de organización y de métodos de trabajo...
P.... Pero en el pleno del comité central se criticó abiertamente la labor de Manuel Azcárate como secretario de relaciones internacionales del PCE...
R. No fue exactamente como usted dice. Nuestra política internacional de independencia es asumida por el PCA. Lo que se criticaron fueron interpretaciones y declaraciones que en un momento determinado pueden herir la sensibilidad de parte de los militantes comunistas. Desde el cariño a la Unión Soviética y a lo que significa la Revolución de 1917, nosotros seguimos pidiendo respeto para nuestra independencia.
P. En cualquier caso, ¿qué análisis hace personalmente de la crisis del PSUC?
R. Desde el punto de vista del rigor marxista, hay una contradicción clara entre la política de bloques apuntada en algunas resoluciones del congreso del PSUC y una política, como la eurocomunista, en que la lucha de clases interna debe tener la primacía. Si se acepta la política de bloques, es evidente que a nosotros no nos corresponderá hacer la revolución, sino integrarnos plenamente en el bloque occidental.
P. ¿Está en crisis el eurocomunismo?
R. Creo que en el próximo congreso vamos a reafirmar esta vía al socialismo. La verdad es que hay una campaña interesada en presentar la política eurocomunista teñida de derechismo, socialdemocracia, antisovietismo y «blandura». Hay que desmentir esta campaña y decir que entre la socialdemocracia y el estalinismo hay una franja enorme.
P. ¿Comparte usted la opinión de los que consideran imprescindible una mayor democracia interna en el PCE?
R. Desde hace tiempo estamos en un proceso de democratización interna del partido. El décimo va a ser, desde luego, el congreso de la renovación, dentro de la continuidad. Tenemos que profundizar en los métodos de trabajo, potenciar la dirección colectiva y contar cada vez más con los organismos intermedios y la base del partido. Pienso que el centralismo democrático, en su sentido óptimo, debe significar que cada comunista tenga iniciativa real para desarrollar y aplicar la política del partido.
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