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"El Niño" repartió fortuna en Bilbao, Las Palmas y Galicia

Arrastrando su pierna tullida por un accidente laboral, Isauro de Dios, albañil de profesión hasta hace ocho años, y desde entonces, por necesidad, vendedor ambulante de lotería, «para poder sacar adelante una familia numerosa», vendió en Bilbao y en algunas localidades obreras de Vizcaya todas las series del número 69.713, premio gordo del sorteo del Niño, celebrado ayer. Tras recorrer a pie muchos kilómetros al día, él sólo ha repartido más de 4.000 millones de pesetas entre numerosos afortunados -buena parte de ellos trabajadores-, de los que sólo uno le ha correspondido a él.

Nacido en Orense hace 44 años, Isauro de Dios llegó a Bilbao a los catorce. Trabajó como albañil hasta hace ocho afíos, en que quiso la mala fortuna que en la factoría Aceros de Deusto un ancla le destrozara una pierna. Inválido, con una pequeña pensión de 26.000 pesetas y una familia que sacar adelante (casado y padre de cuatro hijos), Isauro se dedicó desde entonces a la reventa ambulante de lotería por las calles y bares de Bilbao, de sus barrios y de localidades obreras como Basauri, Santurce o Baracaldo, donde reside.Cada mañana de día laborable se levanta a las cinco y media y desde el barrio donde habita se traslada a Mercabilbao para iniciar su diaria venta de fortuna. Luego se pasará por Basauri, para, posteriormente, esperar la salida de los trabajadores de la Naval, a fin de venderles el décimo «que les sacará de los apuros económicos». Por la tarde venderá lotería en la zona del Arenal de Bilbao, en la acera, junto a la administración número 8, la de Azcarreta, de la que es revendedor fijo y en la que compró el número del gordo del Niño.

Luego, al caer la tarde, tendrá aún tiempo de encajar algunos décimos más a los habituales -la mayor parte. trabajadores- de varios bares de Santurce, Burceña y Baracaldo- Cruces, mientras se mete entre pecho y espalda algunos chiquitos. Volverá a casa bien entrada la noche.

Isauro de Dios compró todas las series del número 69.713 en la mencionada administración y las vendió en la calle entre gentes diversas, en los habituales puntos de venta de su recorrido diario. De las 400.000 pesetas que suponían todas las series, 180.000 las vendió en décimos, y el resto, en participa ciones de cien pesetas.

Al conocer el resultado del sor teo, Isauro de Dios se dirigió a la administración número 8 de Bil bao y luego, un poco aturdido marchó a casa. El teléfono no dejó de sonar. Eran llamadas de gentes sencillas, en muchos casos amigos y obreros como lo fue él, a los que Isauro, a veces utilizando todos los poderes de convicción, logró que a regafíadientes le compraran un décimo o una particifación que les ha convertido en millonarios.

Para huir del acoso telefónico Isauro de Dios se dirigió a Bilbao, donde muy cerca de la administra ción de la que es revendedor ambulante fue a «comer un poco» con su familia y, de paso, a celebrarlo «con champafía». «Hace tres años», recuerda, «di también parte del gordo del Niño, pero me hizo menos ilusión que ahora. Mire usted, ahora las cosas están muy mal, falta trabajo y dinero y me alegro, de haber repartido el gordo entre tanta gente que lo necesita».

Un camarero repartió 1.600 millones

Algo más de 1.700 millones de pesetas dejó la lotería del Niño en Las Palmas, donde se vendió el número 66.240, que resultó agraciado con el segundo premio. Los canarios califican este premio, que resultó muy repartido, como un «miniplán de desarrollo» para las islas. Antonio Tejera, camarero del hotel Madrid, repartió entre los clientes del hotel dieciséis series del número premiado. Los décimos del 66.240 se vendieron muy repartidos en bares, tiendas y hasta en el mercado, según informa desde Las Palmas Diego Talavera.

No obstante, a algunos les tocaron varios millones de pesetas, como a Gustavo López Carive, propietario de una tienda, que se hizo con diez décimos, es decir, cien millones de pesetas. Nada más enterarse, el señor López cerró el establecimiento.

Por otro lado, el mayor protagonista de este premio ha sido Antonio Tejera, que lleva de camarero en el hotel Madrid, de Las Palmas, hace más de treinta años. El compró las veinte series del número premiado y sólo llegó a distribuir entre los clientes del bar del hotel un total de dieciséis series, devolviendo las restantes a la administración.

Los números que vendió Tejera también están muy repartidos, «aunque hay algunos clientes fijos que jugaban un billete entero y otros incluso más, aunque también algunos no pasaron a recoger sus décimos». Del número premiado el camarero sólojugaba dos décimos, por los que recibirá veinte millones

Por último, un lanzaroteño afincado en Las Palmas, Manuel Cabrera, compró tres décimos de las series que devolvió Antonio Tejera. En total se lleva treinta millones de pesetas, diez de los cuales enviará a su padre, que se encuentra en Lanzarote y que jugaba un décimo.

650 millones para Cambados, Villagarcía de Arosa y El Grove

El tercer premio, número 43.886, condujo hacia las economías familiares de la zona 650 millones de pesetas. Siete series del mismo número, que equivaldrían a otros 350 millones, fueron devueltas por la única lotera oficial de la villa, Marina Rial, que ni siquiera pudo gozar de la alegría generalizada en su pueblo, pues se pncontraba en Madrid, acompañando a un tío suyo acabado de operar, según informa Perfecto Conde desde Cambados (Pontevedra).

Los seis centenares y medio de millones de pesetas es mucho dinero repartido en una zona que no llega en total a los 50.000 habitantes: Cambados, Villagarcía de Arosa y El Grove, que son las tres localidades afortunadas. Que se sepa por ahora, no hay ningún agraciado en cantidades de sobresalto, sino que el tercer premio parece haberse repartido mucho. Buena parte de él fue distribuida por un modesto bar de Villagarcía, el Savoy, que ayer tenía cerradas sus puertas.

Contra lo que la especulación popular extendió por toda la zona, parece no ser cierto que uno de los hombres más ricos de Cambados, Evaristo Daporta, exportador de mansco, y sus dos hermanos hayan sido lós mayores beneficiados del premio. Las agencias informativas y las emisoras de radio repitieron a lo largo del día la opinión generalizada de que les habían tocado cantidades superiores a los 250 millones de pesetas.

Sin embargo, uno de los hermanos, Ramón Daporta, vicepresidente del club local de fútbol, declaró a EL PAIS que, «desgraciadamente, es todo mentira y no tenemos nada ganado y sí varios cientos de miles perdidos, porque jugamos fuerte ».

Ayer por la tarde, los bares de la localidad eran, más que escenario de la alegría, muro de lamentaciones de algunos notables de Cambados,

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