Disidentes del PSA temen ser depurados antes del congreso ordinario

Destacados partidarios de la candidatura derrotada en el congreso extraordinario del Partido Socialista de Andalucía (PSA), celebrado el pasado domingo en Sevilla, están convencidos de que antes del congreso ordinario de mayo de 1981 el equipo de Alejandro Rojas Marcos, reelegido secretario general, acometerá una seria depuración de los elementos disidentes más caracterizados.

Las citadas fuentes subrayaron el hecho de que el propio Rojas Marcos, en la conferencia de Prensa posterior al congreso, declarase que deberá ser la comisión permanente del partido la que examine declaraciones y actuaciones de los disidentes calificadas de graves por el líder nacionalista, en vez de hacer un llamamiento a la unidad y la concordia, como hubiese sido más lógico después de su triunfo.También se considera significativo que la primera decisión pública del nuevo comité nacional haya sido la destitución de Ladislao Lara, máximo oponente de Rojas Marcos, como viceconsejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, lo que ha provocado ya la dimisión de José Antonio Sotomayor y otros dos altos cargos de la Consejería. Hay que decir, sin embargo, que parece normal la destitución de Lara al dejar éste de ser secretario de política autonómica, que era el cargo que ocupaba en el comité anterior.

Un miembro del comité nacional que dirige Rojas Marcos llegó a confesar ayer a este periódico que «si la comisión permanente se decidiese a adoptar sanciones sobre estos compañeros sería porque considerase grave su actuación y merecedora de castigo», aunque rechazó que el comité haya sugerido a la permanente que se lancen operaciones depuradoras. Por otra parte parece claro que un proceso de expulsiones o separaciones en las circunstancias actuales no haría más que agudizar la crisis interna hasta extremos imprevisibles.

En realidad, las espadas están en alto: los seguidores de Ladislao Lara temen ser objeto de represalias, y los de Alejandro Rojas Marcos apuntan la posibilidad de que aquéllos no acepten su derrota en el congreso y se organicen de cara al de mayo, boicoteando al comité en las cuatro provincias en las que se han revelado con fuerza: Granada, Huelva, Cádiz y Córdoba. En cualquier caso, la crisis del PSA no parece cerrada, definitivamente.

Lara: "Decisión imprudente"

«Por la forma de producirse mi cese, temo que se haya iniciado la escalada de las represiones contra el sector crítico», ha manifestado Ladislao Lara al corresponsal de EL PAÍS en Huelva, Según el líder del denominado sector crítico, era lógico que tuviese que presentar la dimisión de su cargo tras el resultado del congreso.

Sin embargo, para el hasta ahora secretario de política autonómica del PSA «el comité nacional ha cometido una falta de tacto político al destituirme de la manera que lo ha hecho, teniendo en cuenta la actual situación interna del partido». Ha sido, en su opinión, una «decisión imprudente e inoportuna» desde un punto de vista político.

Sobre el nombramiento de Alfonso Macua para ocupar al mismo tiempo los cargos de secretario de organización del partido y secretario político provincial en Granada y Huelva, el líder del sector crítico ha señalado a EL PAÍS: «Será una situación difícil de mantener. Este es un problema serio. Pero ello explica que el comité nacional del PSA no ha encontrado ni un sólo militante en Granada y Huelva que quiera responsabilizarse de ocupar un puesto de dirección para desarrollar la actual estrategia de la candidatura triunfante en el pasado congreso y presidida por Alejandro Rojas Marcos».