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Las hijas de Olarra declaran ante el juez

«Perdonen, pero no queremos hacer declaraciones. Comprendan que son el juez y el fiscal quienes deben ser en estos momentos los protagonistas y han de tener la independencia suficiente para cumplir su misión», manifestaron a Efe Fátima y Patricia Olarra, hijas del industrial vizcaíno Luis Olarra, después de prestar ayer declaración ante el Juzgado número 3 de Bilbao, en relación con los sucesos ocurridos el pasado día 15 de octubre en las oficinas de la empresa Olarra, SA, del barrio de Deusto.

En este sentido, añadieron que el juez y el fiscal impondrán justicia y cumplirán con su deber «al igual que hemos hecho nosotras viniendo a declarar. No podemos olvidar que fuimos secuestradas junto con 48 compañeros. Nosotras, durante catorce horas, no pudimos salir de allí y constantemente fuimos insultadas y amenazadas hasta de muerte».También ayer se celebró en un cine madrileño un acto de solidaridad con los trabajadores de Olarra, SA, organizado por el Movimiento Comunista (MC), y que contó con la asistencia de unas setecientas personas, según los organizadores. Entre los presentes se encontraban dos miembros del comité de empresa de Olarra, SA, el parlamentario por la Unión del Pueblo Canario Fernando Sagaseta y varios miembros del Seins Fein irlandés (rama política del IRA), que leyeron un comunicado de denuncia sobre la situación de los presos.

Por otra parte, la dirección de CC OO de Euskadi ha destituido de sus cargos en la ejecutiva del metal de Vizcaya a Ignacio Cortazar y Roberto Cárdenas, militantes ambos de EMK, por «sus actuaciones contradictorias con la política aprobada en el primer congreso del sindicato», en relación con el conflicto de Olarra, SA, informa Patxo Unzueta. Una representación de los trabajadores de esta empresa irrumpió el sábado en el pleno del consejo confederal de CC OO de Euskadi para exigir un «pronunciamiento claro del sindicato» respecto a la huelga, que entró ayer en su sexta semana.

Por su parte, las once personas que desde finales de octubre permanecían en huelga de hambre en la catedral de Bilbao abandonaron el sábado su actitud, siendo sustituidas por otros diez trabajadores de la empresa, que se presentaron voluntarios para un primer turno, al que invitaron a sumarse a otros asalariados de empresas en crisis.

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