Los montañeros españoles han conseguido siete "ochomiles" en seis años
El montañismo español ha conseguido en los últimos siete años un total de siete picos de más de 8.000 metros de altura, lo cual es un claro exponente del avance operado en este deporte, en el cual nuestros montañeros cada vez van logrando una perfección mayor, tanto en el plano técnico como en el de preparación física y mental. Este perfeccionamiento ha logrado que siete expediciones hayan conseguido poner a catorce hombres en las cimas más importantes del Himalaya, por lo que resulta interesante hacer un pequeño recuento de todas ellas. El primer 8.000 conquistado por España, en 1974, fue el Annapurna (8.026 metros), pico himaláyico en Nepal.
La expedición española, compuesta por nueve miembros, atacó la montaña por el espolón este, consiguiendo colocar en la cumbre, el día 29 de abril, a tres hombres: Emilio Civis, Jordi Pons y José Manuel Anglada, los cuales subieron sin oxígeno. empleando catorce horas en ascender desde el quinto campamento (a 7.500 metros) hasta la cima.El segundo 8.000 fue otro de los gigantes de Nepal: el Manaslú (8.156 metros), La conquista española, en 1975, se debió a una expedición castellana compuesta por doce hombres, bajo la dirección de Jaime García Orts. Después de haber sido rechazados por esta montaña en 1973, regresaron a ella para vencerla definitivamente, colocando en la cumbre a dos hombres: Jerónimo López y Gerardo Blázquez. Estos iban acompañados por un sherpa, y durante la ascensión debieron pasar momentos muy difíciles, como cuando encontraron el cuerpo congelado de uno de los alemanes que subieron con Messner, en 1972, y que se debió extraviar por esa zona.
La expedición manresana
El año 1976 también tuvo su expedición a Nepal. Esta vez fueron los manresanos de la comarca del Bagés, los que fueron en busca del Makalú (8.470 metros), el cual había sido escalado por vez primera, por una expedición francesa, en 1955.La expedición manresana, compuesta por trece hombres (no fueron supersticiosos), fue dirigida por José María Monfort y consiguió poner en la cumbre a Jorge Camprubí el día 24 de mayo. Este ascendió por la arista sureste, acompañado por dos checoslovacos (uno de los cuales desapareció durante el descenso) pertenecientes a una expedición que también estaba allí. Ello se debió a que el español fue abandonado por el sherpa camino de la cumbre, lo cual viene a confirmar, en cierto modo, la escasa colaboración que últimamente prestan estos porteadores a las actuales expediciones.
Durante el siguiente año no hubo ninguna conquista por encima de los 8.000 metros. Sin embargo, se estaban gestando planes ambiciosos que, en los siguientes años, pondrían a España entre los países que han conseguido ascender a los principales colosos del Himalaya.
Así, en 1978, el protagonista fue el Kangchenjunga (8.576 metros), un bloque gigantesco, compuesto por cinco picos, también situado en Nepal, y cuyo nombre significa «los cinco tesoros de la nieve». Este macizo fue escalado por vez primera en 1955 por el inglés Charles Evans.
La ascensión española fue realizada por una expedición compuesta por miembros del Club Muntanyec, de Tarrasa. Estos, en un principio, pensaban escalar la cima oeste, llamada Yalung Kanch, pero, al parecer, el mal tiempo se lo impidió y consiguieron otra de las cinco cumbres, siendo el ejecutor Narciso Serrat. Después tuvieron problemas con el Gobierno de Nepal, el cual consideró que el comportamiento de los españoles no fue correcto, al no haber pasado por Katmandú al repgresar, por lo que intentaron prohibirles volver a escalar en esa zona, sin llegar a sancionarles al fin.
El año siguiente los picos nepalíes volvieron a ser visitados por españoles, cuando una expedición navarra, dirigida por Gregorio Ariz, subió al Dhaulagiri (8.172 metros), pico conquistado en 1960 por una expedición suiza. La expedición navarra fue además la primera en España que formaba un grupo mixto: estaba compuesta por dieciocho miembros, de los cuales tres eran mujeres. Además no todos eran navarros, ya que entre ellos había cuatro catalanes.
El día 12 de, mayo consiguieron llegar a la cumbre cuatro hombres: Jordi Pons, Javier Garayoa, Iñaqui Aldaya y Gerardo Plaza. Con esta conquista, el montañismo español llegaba a una cota muy alta, en cuanto a dificultad se refiere, dentro del Himalaya. Cinco «ochomiles» eran ya una marca importante como para no aspirar a lo supremo y, por ello, en 1980, el sueño de cualquier montañero se ha visto hecho realidad, al ser ascendido el Everest (8.848 metros) por una expedición vasca, dirigida por el doctor Lorente, los cuales ya lo habían intentado sin éxito dos años antes.
El Everest
El Everest, también conocido por el nombre de Chomo Lungma (nombre de una diosa nepalí que los nativos aseguran que habita la gran montaña) fue conquistado en 1953 por una expedición inglesa, aunque los hombres que hicieron cumbre no lo eran: el australiano Hillary y el sherpa Tensing. De todos modos fue una conquista merecida, ya que los británicos lo habían intentado siete veces, desde 1921 a 1938, perdiendo en la empresa a dos de sus mejores montañeros, en 1924: Mallory e Irvine.La expedición vasca, compuesta por doce hombres, consiguió poner en la cumbre a Martín Zabaleta, acompañado por el sherpa Pasang Temba, el día 14 de mayo, después de haber tenido que vivaquear, a 35 grados bajo cero, sin sacos de dormir, y dentro de una grieta de hielo.
También este año se ha conquistado otro «ochomil», además de haber comenzado a cambiar el escenario dentro del Himalaya. Una expedición catalana ha roto esa especie de tradición nepalí al dirigirse al Karakorum en busca del Gasherbrum II (8.035 metros), el cual fue ascendido por vez primera en 1956, por un grupo austriaco.
La expedición catalana fue muy ligera: sólo seis hombres, dirigidos por Conrad Blanch. Estos comenzaron su aventura con un gran problema creado por el Gobierno paquistaní, el cual no les concedía permiso para escalar este pico, por habérselo concedido a unos japoneses. Rápidamente se pusieron en contacto con los nipones, a los cuales les Pareció bien el ir juntos, gracias a lo cual, el día 2 de agosto, llegaban a la cumbre, por la vía Moravec, Pere Aymerich y Enric Font, después de haber tenido que vivaquear a 7.450 metros.
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