Madrid-Viganello, partido de los que quitan afición

El Real Madrid, en un partido de los que quitan la afición, pese a que hubo alguna individualidad brillante, se impuso con más dificultades de las previstas, debido a su mal juego, a un conjunto suizo que vive de las individualidades de los jugadores importados, especialmente en lo que se refiere a Yelverton. De ninguna manera, dada la diferencia abismal que hay entre los dos equipos, el Viganello podía ganar al Madrid en el Pabellón, y esto es lo que ya se han aprendido los aficionados, por lo que no acuden al Pabellón, pese a tratarse de un partido de Copa de Europa.En esta ocasión, también Televisión se aprendió la lección y no estuvo presente, en contra de su costumbre habitual, en la cancha madridista. Hay que decir que este Real Madrid puede por fin dar verdadera emoción a la competición liguera española, porque, de seguir así, es muy posible que el próximo sábado tenga su primer tropiezo en Badalona frente al Joventut. La baja de Randy Meister se hace muy notoria bajo los aros, y Rullán es un jugador que nada tiene que ver de momento con el que era, y no es fácil precisar el tiempo que tardará en ponerse en forma. Así, el equipo de Lolo Sainz juega sin pivots, porque las funciones de éstos las tienen que llevar a cabo Prada y Abromaitis, dos hombres que evidentemente nunca deben jugar de espaldas a la canasta. Corbalán se multiplica, Brabender sigue siendo el de siempre e Iturriaga el que saca todas las castañas del fuego; pero esto sólo se hace suficiente frente a un conjunto suizo. No pasará lo mismo en cuánto el rival sea un poco más serio.