Sacrificio y suerte, virtudes del Atlético para ganar al Betis
Con fe, sacrificio y algo de suerte, el Atlético consiguió una importante victoria a domicilio sobre el Betis. Firme atrás y con habilidad en los contraataques, el Atlético hizo un partido más que digno. El Betis presionó mucho, pero tuvo como todo fruto cinco buenos disparos a puerta. Uno pegó en el palo y los otros cuatro los detuvo Aguinaga, que tuvo una fenomenal actuación.De salida, la preocupación de los dos entrenadores fue anular a los hombres que mueven a sus respectivos equipos en el centro del campo. Pozo vigiló a Dirceu y Marcelino a Cardeñosa, que actuó más adelantado de lo que es habitual en él, casi en la medía punta. Los dos estuvieron bastante bien sujetos durante la primera fase del partido, y eso redujo algo las posibilidades ofensivas de ambos equipos. Pero pronto iba a verse que en cada una de las bandas, un hombre se erigía en dominador. En la banda izquierda del Betis, Gordillo intervenía una y otra vez en juego y, aunque Marcos se dio una impresionante paliza a correr y le neutralizó bastante bien, las subidas de Gordillo echaban al Betis arriba. Por parte del Atlético, Quique y Rubio se apoderaron de la otra banda, imponiéndose a López y Gerardo. El Atlético se desahogaba por esta banda y creaba también situaciones de peligro.
La suerte para los rojiblancos fue que, en el minuto 24, Morán estrelló en el palo un gran disparo, tras buena jugada de Cardeñosas que para esos momentos iba consiguiendo, poco a poco, liberarse del marcaje de Marcelino y dejarse ver en el juego. Morán y Diarte, muy sujetos, apenas entraban en acción y, gracias a eso, la ofensiva del Betis no era peligrosa. Este disparo del extremo al palo fue una excepción. El Atlético resistía los empujones del Betis y contraatacaba con poca gente, pero buscando bien los espacios vacíos, y, en el minuto 38, una de tantas subidas de Quique y Rubio por la banda izquierda dio lugar al gol de Rubén Cano, de bonito cabezazo. El gol enrabietó al Betis, que echó el resto antes del descanso y, en el minuto 42, obligó a Aguinaga a realizar dos excelentes paradas, a tiros de Cardeñosa y Biosca.
En el segundo tiempo, el entrenador del Betis, Carriega, dejó fuera del equipo a Pozo, al que a partir de la media hora se le estaba escapando Dirceu, y colocó en su lugar a Segundo, un extremo clásico. Se ocupó de él Marcelino, mientras Ruiz pasaba a marcar a Cardeñosa y Ortega se hacía cargo de Dirceu. Todo el segundo tiempo fue de intenso dominio del Betis, pero sin encontrar fórmulas con las que penetrar en la cerrada área atlética. Ortega jugó magníficamente bien, y Gordillo siguió empujando mucho por su banda, pero los tres hombres de punta no pudieron contrarrestar los marcajes a que eran sometidos.
Con su intenso dominio, el Betis sólo consiguió convertir a Aguinaga en la figura del partido. No es que tuviera que intervenir muy frecuentemente, pero si se anotó en este segundo tiempo otras dos paradas de mucho mérito: una, en el minuto 53, a disparo de cerca de Morán, y, otra, en el 59, a cabezazo de López; en este último, tras tocar el balón, dio en el larguero y en el palo izquierdo, y el público reclamó un gol que no existió.
El Atlético hizo un magnífico esfuerzo en todas las zonas. Rubén Cano y Rubio movieron bien el balón en los contraataques y llegaron a quedar extenuados, hasta el punto de ser sustituidos por Bermejo y Cabrera. En los últimos minutos, Cabrera fue ya el único jugador de punta del Atlético. Pese al dominio del Betis, no parecía fácil que el gol llegara. Los andaluces también fueron acusando la fatiga, y a diez minutos del final daba la impresión de que consideraban perdido el encuentro. El Atlético obtuvo, así, dos importantes puntos que le sitúan como equipo puntero de la tabla.
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