El cese de un diputado provincial socialista aumenta las tensiones del grupo

La destitución de Eduardo Ferrera como presidente del Consejo de Administración de la Ciudad Sanitaria Provincial, según el decreto de Carlos Revilla, agravará sin duda, las tensiones internas del grupo de diputados provinciales del PSOE. El señor Ferrera fue sustituido por el también diputado socialista José Luis Rodríguez Peral, hombre de confianza del señor Revilla. Esta es la primera vez que el presidente de la diputación cesa por decreto de su cargo a un diputado socialista.El comienzo del pleno hubo de retrasarse cerca de veinte minutos, a causa de la reunión urgente que mantuvieron los diputados del grupo socialista, y en la que, al menos cinco de ellos, demostraron su total disconformidad con la decisión presidencial. Parece ser que las razones del cese se deben a las protestas del señor Ferrera por las continuas intromisiones de Carlos Revilla en los asuntos de la ciudad sanitaria.

El diputado cesado declaró ayer a EL PAIS: «Hay cosas que, como militante socialista, tengo que acatar. El presidente de la diputación ha tomado una decisión y yo la acato. Lo único que puedo decir es que mi máximo objetivo en la ciudad sanitaria ha sido aplicar una política socialista, porque yo fui elegido concejal y diputado por ser socialista». El señor Ferrera se negó a confirmar la existencia de disensiones entre los diputados en la reunión preliminar al pleno de ayer. Por su parte, el señor Revilla afirmó en una conferencia de Prensa posterior que no había habido razones políticas en el cese.

En el transcurso del pleno se dio cuenta de otros cambios de presidencia habidos en otras comisiones, que se realizaron exclusivamente entre diputados comunistas Luis Larroque explicó dichos cambios por necesidades funcionales y de tiempo. Juan Manuel de Santos, diputado de UCD, agradeció al señor Larroque sus explicaciones y lamentó, un poco irónicamente que el portavoz socialista, César Cimadevilla, no hiciera lo mismo respecto al cambio del señor Ferrera. César Cirridevilla sería precisamente uno de los que se opusieron a la sustitución.