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El presidente de la Generalidad no pudo ver a Salvador Dalí

El presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, intentó, por dos veces, sin éxito, entrevistarse con el pintor ampurdanés Salvador Dalí, en la casa que este último posee en Port-Lligat (Cadaqués), en el curso de la visita efectuada a dicha población anteanoche. Pujol recibió por toda respuesta a sus requerimientos telefónicos para ver a Dalí que el pintor se hallaba indispuesto y no podía recibirle, ni siquiera hablar con él por teléfono.

Tras los intentos de Pujol, los rumores y temores existentes en los medios artísticos catalanes y entre los amigos de Dalí en relación con el confinamiento a que se encuentra sometido se han multiplicado. En tales medios, la negativa a recibir a Pujol ha despertado, incluso, dudas acerca de la veracidad de la conversación telefónica mantenida hace días con un periodista de un matutino barcelonés. En aquella ocasión, Dalí aseguraba al periodista, en un tono totalmente inhabitual en el pintor, que se encontraba perfectamente y que su recuperación era un hecho. Según tales medios existe la posibilidad de que, abusando de la confianza del periodista, se hubiera falseado la voz del pintor. Apuntaban en este sentido que no era la primera vez que el personal de la residencia de Port-Lligat intentaba distraer la atención sobre Dalí y su situación, dando informaciones erróneas sobre el estado de salud del pintor.

El secreto del dibujo en una carta

Otro dato que ha hecho crecer las dudas sobre la situación de Dalí es el sobre con un pequeño dibujo y varias frases que personas allegadas a Dalí -el pintor Pitxot- hizo llegar a Pujol, por medio del alcalde de Cadaqués, al saber que el presidente de la Generalidad visitaría la citada villa. Según el alcalde y el pintor Pitxot, el sobre contiene un dibujo que sería el primer trabajo de Dalí a su regreso a Port Lligat, aunque ninguno de los dos lo ha visto. La entrega de este sobre era interpretada en los medios artísticos de Cadaqués como un intento de alejar a Pujol de Port Lligat, creyendo quienes cuidaban a Dalí que el presidente, al recibir este mensaje, no insistiría en querer ver al pintor.Por otra parte, hay que señalar que Elena Diaconoff, más conocida por Gala, esposa de Salvador Dalí y que cuenta 87 años de edad, se encuentra enferma, aquejada, de un proceso gripal, según ha informado el propio departamento de Cultura de la Generalidad, cuyo director general, Albert Manent, ha sido encargado de realizar las averiguaciones sobre la situación real de Dalí y del destino de su obra.

A la noticia sobre la enfermedad se añaden nuevos rumores que hablan de la existencia de discrepancias de última hora entre Gala y el secretario de Dalí, Enrique Sabater. Tales discrepancias tendrían su origen en la posible relación existente entre el tren de vida y la posición económica de Sabater y el destino de la «colección Gala», valorada en más de 2.000 millones de pesetas, hoy desperdigada por el mundo y que el pintor, en un principio, quería dejar en Cataluña.

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